La sede de la Fundación Canaria Alejandro da Silva se convirtió en un escenario de emotivas historias y solidaridad este fin de semana, al recibir a Sarina, la reciente Reina del Carnaval de Maspalomas. La joven, quien ha cautivado a la comunidad con su carisma y su historia personal, decidió donar el premio obtenido en el certamen para apoyar la labor que la fundación realiza con pacientes de leucemia y sus familias.
Durante su visita, Sarina compartió su propia experiencia, que resonó profundamente con los presentes. Su relato no solo conmovió a los miembros de la fundación, sino que también sirvió como un poderoso recordatorio de la importancia de la empatía y el apoyo en momentos difíciles. “Las historias de vida son un tesoro que no tiene precio”, expresó un representante de la fundación, destacando cómo cada gesto de apoyo contribuye a dar sentido al trabajo que realizan.
La Fundación Canaria Alejandro da Silva, dedicada a la atención y acompañamiento de pacientes de leucemia, así como a sus familias, lleva años trabajando en la concienciación sobre esta enfermedad y en la mejora de la calidad de vida de quienes la padecen. La donación de Sarina representa no solo un apoyo económico, sino también un impulso emocional para todos aquellos que luchan contra esta enfermedad.
Al finalizar la visita, la fundación agradeció a Sarina por su gesto generoso y la invitó a considerarla como su hogar. “Aquí tienes tu casa”, le dijeron, reafirmando el compromiso de la fundación con la comunidad y la importancia de contar con aliados que entiendan la relevancia de cada acto de bondad.
Este encuentro no solo resalta la labor de la Fundación Canaria Alejandro da Silva, sino que también pone de manifiesto el poder de la solidaridad en la lucha contra la leucemia. En un mundo que a menudo parece dividido, gestos como el de Sarina nos recuerdan que la empatía y el apoyo mutuo pueden marcar la diferencia en la vida de quienes enfrentan desafíos inimaginables.
La fundación invita a toda la comunidad a sumarse a su causa, ya que cada acción, por pequeña que sea, puede contribuir a construir un futuro más esperanzador para los pacientes de leucemia y sus familias.