Directora de Burlonas, que cosechó su primer cartón en Interpretación desde su fundación en 2012, Adela Peña reconoce que este año jugaron con estrategia y adaptaron su repertorio al público de fase y al de final. De cara a 2024, peleará por combinar su condición murguera con la de madre, en unos meses.

Burlonas marca el paso en la primera fase de murgas
¿Qué tal la sensación vivida en la final, en la que recibieron el accésit de Interpretación?

Brutal. Como dijimos en la fase, total, brutal, genial.

¿Justo reconocimiento el accésit de Interpretación?

Pienso que los premios estuvieron bien dados. A lo mejor el orden… No lo sé porque me queda ver la final, pero tengo mi criterio propio. Por lo que he escuchado en el móvil, los premios están bien dados. Lo que pasa es que el orden igual no es el correcto.

¿Qué es mejor: un segundo premio injusto o un accésit que deja sabor a poco?

Me quedo con un accésit que deja sabor a poco. Cuando a mi me dieron el premio no reaccioné con la misma alegría que tuve tres horas antes, cuando me bajé al escenario y comencé a ver la reacción de la gente. Ya cuando dieron los premios y muchos decían que merecíamos un segundo, incluso alguien ha dicho un primero… Yo me quedo con un accésit que deja sabor a poco a que me den un segundo discutido.

Seis pases consecutivos a la final… y no estar locas (risas).

Estamos como una cabra (risas). Nos ha costado 6 años conseguir hacer una final al gusto de la gente y con mi estilo e identidad.

Y con sabor a premio.

Exactamente.

Han sido doce años de Burlonas. ¿Y ahora qué?

Todo en la vida son etapas. Soy una persona que desde nací estoy en esto; sería como si ahora me quitas el cincuenta por ciento de la respiración. Yo no he sido madre nunca y no sé con lo que me voy a encontrar, pero ahora no digo que voy a cerrar la murga porque no va a ser así; voy a intentar y ver qué pasa. Tengo mi pareja que no tiene nada que ver con el mundo del Carnaval y que nos podemos ayudar entre los dos. Voy a intentarlo; no voy a dejar de intentarlo. Mi vida es esta etapa. Es verdad que ser padre no es lo mismo que ser madre a la hora de llevar un grupo del Carnaval, pero hay personas como yo que tenemos suerte al dar con la persona que di para tener un hijo, por ejemplo.

Entonces no peligra la continuidad de Burlonas.

No peligra, pero nunca he sido madre y no sé lo que puede pasar.

¿Burlonas sin Adela sería Burlonas?

No, sin Amelia y sin Aytami, no. La murga tendría que cogerla otra persona y con otro nombre porque nosotros hemos llevado a Burlonas hasta donde ha llegado y nos ha costado mucho sacrificio y nunca me atrevería a dejarle un hijo a nadie.

¿El jurado prefirió premiar una murga del Norte a una femenina?

Yo no lo veo así. Al jurado le gustó más el contenido y el espectáculo de Trapaseros y fueron premiados como murga. Si están concursando en Santa Cruz, son de aquí; porque Los Bambones son de La Laguna también y son unos más aquí.

Pero Trapaseros no cobra contratación como el resto…

Pues con más razón todavía. Trapaseros concursa en las mismas condiciones que yo. Fin. Como si hubiera ganado Bambones, Mamelucos, Diablos o Zeta-Zetas. Ganaron ellos y son justos merecedores del primer premio de Interpretación por lo que he oído.

¿Ha sido una final de alto nivel la de este año?

Como la final del año pasado me pareció baja, esta edición no creo que haya sido una final baja. De hecho, los pases a la final me parecieron justos. En la final, es verdad que como nos ha pasado a Burlonas otros años, algunas han tenido una final más final y otras con menos. Pero el nivel, por ejemplo Bambones, me gustaron muchísimo sus letras por su contenido, aunque entiendo que haya gente que no le agrade tanto. Creo que el nivel en sí, cada uno con lo suyo, como Zeta-Zetas, que defendió el suyo. Nosotras estuvimos Brutales, cuando la vi dije: esta es la murga que yo quiero.

¿Con qué Burlonas se identifica más, con las de fase o con las de final?

Me identifico más con el repertorio que interpretamos en fase, en particular con el tema del museo Rodin; para mí ha sido el mejor tema que tengo y el más que me gustó montar. Este año jugamos con estrategia, dos temas a la medida de las fase y otro, para cantar en la final.

¿Lamenta haber puesto la canción de Rodin en fase?

No, no… El tema de Rodin estaba estratégicamente preparado para fase, si lo hubiera cantado en final no hubiera funcionado. Me habría gustado a mí, a ti, a Pedro Mengíbar… pero no le habría gustado a la gente de final.

El formato de dos canciones en fase y una en final… ¿Ha venido para quedarse?

El año que viene tiene que volver todo a la normalidad el año que viene, o sea dos temas en fase y dos en final, ya que hay seis meses para descantar y otros tantos para pensar en los temas. Es verdad que este año creo que lo mejor que pasó fue aplicar la fórmula de dos en fase y uno en final por el poco tiempo que había. Piensa que el tema de Rodin lo monté una semana antes de la fase; me vino al pelo porque lo modificamos. Me coges a con cuatro temas y hoy estaríamos hablando de un concurso con bajo nivel. Pero ya podemos recuperar el formato porque vuelve la normalidad. Como murguera y aficionada, hay que volver a cuatro temas.

¿Has murgas han ido este año a generar sensaciones y actuar fuera del escenario, en vez de ceñirse al repertorio?

Eso a mí como carnavalera o murguera, como lo quieras ver, me da mucho miedo porque… No creo que se esté perdiendo la esencia de la murga porque ya se perdió. Toca ahora recuperarla. ¿Qué van a hacer esas murgas cuando vayan a cantar a las escaleras del teatro Guimerá o por la calle? ¿Qué le van a aportar a la gente? Ese espectáculo está para una gala. Ojo, que es una final de murgas queda súper guapo y chulo con luces y espectáculo, que es lo que a la gente le gusta, pero creo que las cosas se están yendo de las manos y no me refiero a Zeta-Zetas, porque hace lo que nos tiene preparado. Me da miedo que todas las murgas piense que para ganar hay que hacer eso porque vamos a perder lo que es una murga. Se puede innovar, cosas con letras guay, como intentamos hacer, pero al final hay que meter crítica o humor, lo que vaya con tu identidad.

Una final a dos temas y ocho finalistas, ¿sería muy larga?

Siempre he sido partidaria de siete finalistas.

Nos ha costado 6 años conseguir hacer una final al gusto de la gente y con mi identidad
Con estas fases, todos hacíamos quinielas y acertamos los seis primeros puestos y se rellenaban otros dos.

Que la final a ocho es una decisión de los grupos. Algunos lo único que quieren es pasar a la final, y es algo que entiendo porque me pasó a mí igual. La diferencia es que cuando tenía que votar no miraba por tener más opciones de final, sino que votamos siete en beneficio del formato. Soy partidaria de final a siete y a dos temas. Puede que será egoísta por mi parte, pero a mi me sabe a poco cantar una canción e irme. Nunca he estado de público y tal vez los espectadores piense diferente. Con tres temas se nos quedan muchas cosas en el tintero.

Incorporaron hasta la última decisión en el Museo Rodin, mostrando máxima actualidad, una de las asignaturas pendiente de las murgas.

Nos la jugamos porque David García, nuestro letrista, se volvió loco, pero yo lo ví claro. Pensé, si nos sale bien… y por eso decidimos jugárnosla. Y eso que teníamos un tema montado. Al final salió y cuajó.

¿Qué hay que mejorar en el concurso de cara al 2024?

De cara al próximo año creo que quienes tenemos que mejorar somos los grupos, trabajar más nosotros y no mirar nuestro ombligo. De la organización no vamos a hablar porque se ha hecho todo fatal, pero nosotros no ayudamos mucho y nos podemos piedras en el camino y entorpecemos mucho más el trabajo. Debemos empezar por nosotros y luego la organización, si no, no vamos a coincidir nada.


Humberto Gonareldia.es

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