La Asociación Nacional de Juristas contra el Ruido manifiesta su absoluto rechazo y exige una rectificación pública de las declaraciones que la concejala de Carnaval, Inmaculada Medina, ofreció el pasado viernes en su visita a la plaza de La Música, donde dijo que desde el Ayuntamiento hacen «lo necesario para que aquellos amargados que no quieren ruido se compren tapones para los oídos».

Desde la citada asociación señalan que «las personas afectadas por ruido y contaminación acústica no son amargadas ni hipersensibles ni antisociales, ni tienen por qué ponerse tapones. Decir que se pongan tapones es como decir ‘inundo al vecino de abajo, que se ponga un chubasquero’. Son personas que sufren y a las que el ruido enferma gravemente y ven afectados sus derechos fundamentales que son de protección preferente. En el caso del carnaval, además, hay resoluciones judiciales firmes».

Agregan que las palabras de la concejala fomentan e incitan «que se sigan causando daños en la salud de las personas», así como «el incumplimiento de la ley y hace caso omiso a numerosas resoluciones judiciales que han recaído en esta ciudad a lo largo de los años en las que se viene reiterando que estas inmisiones deben cesar. El ruido es un contaminante». Inmaculada Medina, agregan en un comunicado, «i mpone el ruido, cercenando y mofándose de los derechos constitucionales de los vecinos. Inaudito».

«No es exagerado decir que el ruido te mata en vida. El ruido se ha convertido en un problema de salud pública y los poderes públicos tienen la obligación de actuar responsablemente en beneficio de la ciudadanía», concluyen.

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