Víctor Asensio es el maestro. Sentó cátedra con un estilo crítico durante cinco años en Guachi adulta y lleva la mitad de su vida –26 años– en Diablos Locos, con su marida Maxi Carvajal. Forman un tándem perfecto que le ha dado vuelta a un calcetín al convertir a esta murga en la única que siempre ha estado en las últimas 25 finales. Ahora opta al hit parade con su clásico La Fasnia, pero si gana, no será como un primero de Interpretación, admite.

¿Cómo surgió la canción de La Fasnia, que interpretó Diablos Locos en el año 2014?

¡Eso fue siete años para atrás! Cuando la sacamos ya llevaba un tiempo dándole vuelta a una canción, pero no era como La Fasnia, sino el objetivo era recrear una verbena en el escenario con orquestas canarias como La Guayaba, la Maracaibo… Pero ese año (2014) me propuse hacer el tema y me cuadró. Conocí a Sheila Torres –que luego salió con nosotros caracterizada de Celia Cruz– a través del Merci; hacía unos cover que imitaba a Celia Cruz a otros intérpretes internacionales; es una máquina. Ahí se me encendió la luz y me plantee que, en vez de hacer lo de las orquestas locales, dedicarla a formaciones y artistas internacionales que han venido al Carnaval de Tenerife como la Billo’s, Wilfrido Vargas, Oscar De León, Celia Cruz… y por ahí se fraguó la idea por ahí.

¿Cuántas canciones de murgas has escrito desde sus inicios en Guachi hasta ahora?

Solo en Diablos, si llevo 25 años y he escrito más de cuatro por cada Carnaval… calcula 120, más los cinco años en Guachipanduzy con otras 20 más y también para Guachipanduzy infantil más algunos temas para Las Palmas o Marchilongas… Por lo menos he escrito 150 canciones, y a eso puedes sumar presentaciones inéditas cuando estuve antes en Nobleza Canaria y luego Guarapo. De carnavales en general habré podido haber escrito casi 200 temas.

¿La Fasnia es la canción que más le representa?

La Fasnia es la canción que, popularmente, más haya impactado por todo: por las músicas, por la letra. Siempre digo que es la canción perfecta porque tenía golpes de humor, ironía, crítica, bien de voces… Hay otras canciones de Diablos que no han pasado desapercibidas, como La Gramola, que se llevó el premio Criticón, o Los Hippies, que pasó a la historia, o El Testamento… Hay un montón de letras que muestra ese estilo mío imprevisible, que cuando el público la escucha se pregunta: ¿de dónde este tío la locura esta? Es verdad que a veces me gusta rizar el rizo; a veces me estallo para no hacer lo mismo que hacen los demás. Me gusta innovarme a mi mismo, no hablo de innovación general, porque está todo inventado. No me gusta repetir. Incluso, a lo largo de tantos años, cuando utilizo las mismas músicas siempre hago arreglos diferentes en vez de repetir; hasta Maxi me lo dice: ¿por qué te complicas?, sobretodo porque después del paso del tiempo la gente no recuerda cómo lo hicimos. Pero a mí no me gusta eso; la canción, en cada momento, tiene su fin.

¿Qué buscas en una letra?
Soy una persona mucho de impulsos. Me siento y me pongo para hacer una canción y no me sale, y Maxi se pone de los nervios conmigo, aunque hay años que acabo antes, pero ha ocurrido que llega el mes de agosto y no tengo una letra, y después llega una semana y tengo tres. Soy de impulsos, me dejo llevar por las musas, vamos a decirlo así entre comillas. Cuando escribes, inconscientemente, te intentas poner en el lugar del público que lo va a escuchar; por lo menos yo lo hago así. E intentas buscar que tenga la mezcla de humor, crítica, ironía… Una cosa que se ha perdido y que yo intento mantener es que la música original tenga algo que ver con la letra que estás cantando, y que la gente pueda relacionar la letra con la música. Otra murga que hace algo similar son los Bambones, que intenta buscar músicas que la letra de alguna manera tenga que ver con lo que cantas, o José Antonio González El Flaco, en Singuangos.

¿Qué es lo que más se demanda en los repertorios?

¡Es tan complicado…!. Una misma canción, de cualquier murga, la canta en primer puesto, o en el quinto o el último; o la interpretas un lunes o un miércoles y… todo eso influye. Parece una chorrada, pero es así; es como el efecto mariposa. Hay canciones que tu piensas que van a dar el taponazo y vas al recinto y gusta pero sorprende el tema que pones como un poco de relleno y es el éxito del año; nunca sabes cómo a a coger a la gente.

¿Es de efectos especiales?

Soy de que todo lo que sea aderezos sin salirse de madres, ni perder el concepto de murga. Que escuches a la murga en la radio, en vez de verla, y entiendas en concepto global sin verla. Si lo basas todo en lo visual y el día de la final se te va la luz o lo escuchas por la radio… no te vas a enterar. Pero ojo, no es una crítica, todo lo contrario; imagino que lo dices por Zeta-Zetas.

Sí.

Cada uno juega con sus armas y es muy lícito y además los pibes se meten un curro del carajo; pero es como todo, ahora gusta esto, como hubo un boom de Diablos Locos, Bambones o Triquis… Son etapas que fluctúan. Lo complicado no es llegar, sino estar cuatro o cinco años en la sima de la montaña. Nosotros llevamos 25 años pasando a la final y quedando entre los cuatro o cinco primeros. Lo complicado no es llegar, sino mantenerse.

Diablos es que son los únicos que han estado siempre en las últimas 25 finales.

Sí, sí, porque Bambones o Mamelucos se han quedado fuera en alguna oportunidad en ese tiempo. A parte de que un año de puede salir un repertorio más regular, la gente se cansa de lo mismo.

¿Quién es más loco: Diablos o Víctor Asensio?

Es un compendio de todos. Yo tengo mis locuras, Maxi, las suyas y así todos los que colaboran. Seguramente las letras no habrían sido iguales de no haber estado yo en Diablos Locos; parecidas, sí, pero no iguales. No tendrían ese impulso loco, trónico, hippie de que me da igual todo te lo impregnan los componentes; porque somos así. Hacemos las cosas de corazón y por eso muchas veces te metes y haces burradas. Seguramente será ellos más locos que yo porque yo soy una persona seria, funcionario del Estado y abuelo ya… (se ríe). Es una mezcla de todos.

¿Qué viene a aportar la generación Okaidi de los componentes más jóvenes, y en los últimos años Acaymo Correa?

Aportan aire fresco a murga; no es que se cansen de Maxi y de mí pero verme el mismo careto 25 años tirándole la bronca en el ensayo… Han aportado sobretodo trabajo porque son unos pibes que curran un montón en todo, y son superbuena gente. Muchos de ellos tienen unos 24 o 25 años… yo les digo que son mis hijos putativos. (Se ríe). Acaymo, a parte de ser un músico brutal, me ha quitado trabajo, casi todo. El año pasado él montó dos canciones y otras dos; el próximo monta tres y yo una para quitarme el mono, y el siguiente, que monte los cuatro, igual que Maxi, que estará en la final; los dos seguiremos supervisando la empresa, por decirlo de alguna manera. Acaymo es un tío espectacular, maravillosa persona. Cuajó que parece que lleva 20 años en Diablos.

¿Ha tenido mono de escribir durante el confinamiento?

Nosotros hemos hecho cosas durante este tiempo, como Eso que tu me das, que tuvo 150.000 reproducciones en una semana; de locos, o también hicimos algo en las Fiestas de Mayo. No paramos.

En el primer Carnaval que se pueda, ¿Diablos reaparecerá con Tomi al frente y Maxi en fila?

Sí, como dijimos en 2020. Tomi asume la dirección artística en las cuatro canciones y Maxi se va a la fila de los barítonos con la tropa y yo seguiré escribiendo, y también Idafe, que hizo uno en 2020. Maxi y yo no vamos a durar toda la vida. Hay que dar paso a la savia nueva, que encima aportan un montón.

¿Cómo te imaginas el próximo Carnaval 2022? ¿Van a haber concursos?

Hay tantas noticias que luego se contradicen que no sabes a qué atenerse. Tal y como está la cosa ahora mismo, está complicada. Hay que ver cómo avanza la vacuna. Tienes que pensar en cómo vas a meter a cien personas en un local de ensayo tres o cuatro veces a la semana. Y el Carnaval en la calle, con 300.000 personas, no lo veo. No lo tengo muy claro; ojalá por la cuestión sanitaria.

¿Te han surgido ideas durante este tiempo?

Tenemos ideas para los próximos cuatro años; hay un tema que puede ser un pepinazo, de esas canciones atemporales, que la puedes cantar en el 2021 y en el 2023, y esa está guardada seguro. A ver cómo evoluciona todo.

¿Qué prima más ahora: crítica o humor?

Desde hace muchos años prima la crítica, que es importante; pero la murga también es humor y es hipercomplicado. La murga tiene que ser todo, criticar con ironía. A la persona que criticas se lo haces con ironía, le molesta más que si vas de forma directa. Te metes una quedada con ellos y se mosquean. (Se ríe).

¿Con ganas de que pase todo esto y poder ensayar?

Pues sí; he echado de menos porque soy un fiestero de los que sale desde el Viernes de Cabalgata, me pongo mi disfraz de Marilyn Monroe por esa plaza del príncipe para arriba y para abajo. He echado de menos el concurso y las actuaciones, pero sobretodo el día a día con los chicos, en especial los viernes cuando te quedas un rato más después del ensayo disfrutando de mis amigos y hermanos.

¿El Covid cambiará el tono crítico de las letras murgueras en el futuro? ¿Tendrán un punto más gaditanos?

Yo no sé si tocaré el tema, porque si el próximo año hay concurso, de las 21 murgas participantes, 24 van a cantar a la pandemia. Si acaso lo toco, le voy a dar un enfoque dando la vuelta a todo intentando sacar de la desgracia una sonrisa en el buen sentido.

¿Le gusta la programación del Carnaval virtual?

Es complicado porque si no hacen nada, se lo reprochan y si lo organizan, también. ¿Se podría haber hecho mejor? Probablemente sí, pero en las circunstancias en la que estamos no es fácil. Entiendo que se molesten con que se gasten un montón de dinero en organizar el Carnaval virtual pero igual que otros sectores necesitan actividad para generar dinero, la gente del sonido, de la luz… son familias que también tiene que comer, igual que la gente de músico que llevan casi un año sin actuar y tiene recibos de hipotecas también pendiente de pagar. Hay que pensar en global.

¿Le gusta el formato del concurso de la canción del siglo?

Todo es mejorable. Por lo menos hay un aliciente, aunque es un concurso raro; son temas que ya están hechos; hay que esperar que la gente se anime. Igual le han dado publicidad porque cuando se emitió el nombre de los diez finalistas solo había conectada 175 personas, que no son ni dos murgas.

¿Ganar la canción del siglo tiene el sabor del primer premio de Interpretación?

No, para nada. Son contextos diferentes. Es un reconocimiento a una canción determinada en un contexto determinado; y quien gane estará agradecido y contento. No tiene nada que ver.

Sería curioso que Diablos, que quedó tercero cuando cantó La Fasnia, gane la Canción del Siglo.

En realidad aquí lo que se está premiando es una canción determinada, no un repertorio. Y todavía la nuestra tiene extrapolable como la época de hoy, como el museo del Carnaval, que lo cantamos o se hizo, o los políticos de Rubén Blades; es una canción un poco atemporal. Hay otras canciones que fueron un éxito cuando se cantaron y la quitas del contexto y se queda cojeando un poco. Al final va a decidir la gente que mande los SMS.

Humberto Gonar eldia.es

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