Con el cierre de este año, la murga Guachinquietas se despide de su repertorio con una mezcla de emociones y un espíritu renovado. En un mensaje lleno de gratitud y entusiasmo, las integrantes del grupo celebran no solo los logros alcanzados, sino también el arduo trabajo y la dedicación que cada una ha aportado a lo largo de la temporada.
“¿Qué mejor manera de terminar el 2024?”, se preguntan las murgueras, quienes han hecho de cada ensayo un espacio de creatividad y camaradería. La murga no solo se compone de voces; detrás de cada actuación hay un equipo comprometido, que incluye a su director musical y a los letristas, quienes han sabido captar la esencia y la identidad de Guachinquietas en cada una de sus letras. “Queremos felicitar a cada una de nuestras componentes por su dedicación, esfuerzo y sobre todo la ilusión que le ponen a cada uno de los ensayos”, expresan, destacando el valor del trabajo en equipo.
A pesar de que el año está por concluir, la energía y la motivación no cesan. Guachinquietas ya piensan en el futuro y, con la mirada puesta en el 2025, aseguran que “no podemos dormirnos”. “Ahora nos toca trabajar incluso más que antes… 2025 tenemos muchas ganas de ti”, afirman con entusiasmo, dejando claro que su pasión por la murga trasciende el final de la temporada actual.
El arte de la murga, que combina música, teatro y crítica social, se convierte en una plataforma para expresar sentimientos y realidades. Guachinquietas han sabido hacerlo con gracia y autenticidad, convirtiéndose en un referente.
En un cierre que promete ser inolvidable, las integrantes invitan a todos a unirse a la celebración: “A maaaaacheeeetee”, dicen, un grito que resuena con la energía y el espíritu festivo que caracteriza a la murga.
Con un repertorio que ha dejado huella y un futuro lleno de promesas, las Guachinquietas se preparan para seguir sorprendiendo y emocionando. La murga, más que un grupo, es una familia unida por la música y el amor al arte, y su historia apenas comienza. ¡Nos vemos en el 2025!