Veinte años después de la primera vez que el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife incorporó por obra e ingenio de Manón Marichal el concurso de la Canción de la Risa, el concejal de Fiestas de la capital, el nacionalista Javier Caraballero, está dispuesto a pesar a la historia como el responsable de la organización que reconocerá con un pago económico la labor que realiza esta modalidad.

Se trata de un importe casi simbólico de mil euros con los que los integrantes de la Canción de la Risa podrá aliviar parte del esfuerzo que realizar para preparar y poner en escena su repertorio. El concejal de Fiestas casi ha tenido que convencer a los representantes de esta modalidad del Carnaval, que se han mostrado reacios a percibir una cuantía económica para argumentar su entrega por amor a la fiesta y por evitar que la contrapartida económica les obligue a incrementar actuaciones, pues quieren mantener el espíritu anárquico que siempre los ha caracterizado. Sin embargo, el concejal de Fiestas ha querido fijar una aportación para los colectivos de la Canción de la Risa, el único concurso de formaciones musicales que no percibe una retribución, aprovechando que de cara al Carnaval 2025 también se prevé un incremento del 10 por ciento sobre la subvención –contratación– que están asignados para los protagonistas de los certámenes.

Junto a este asunto, Javier Caraballero también hizo suyas algunas demandas planteadas por los protagonistas de esta modalidad y que se refieren a las bases del concurso, con aspectos más de régimen interno. Entre las demandas que expresaron los representantes, se planteó, y la organización lo hizo suyo, la obligatoriedad de que toda la música que se utilice durante su actuación sea en directo, un requisito que también se establece en caso del uso de voz en off, obligando también a que ese recurso sea realizado por un componente que esté sobre el escenario durante la actuación.

Los colectivos de la Canción de la Risa también han incorporado en las bases que regirán la próxima edición que todo el número se desarrollará dentro del escenario, sin posibilidad a que la acción pueda transcurrir entre el público, aspecto que hace suyo Caraballero, que trasladará la propuesta de las bases a un consejo del Organismo Autónomo de Fiestas que está previsto para el jueves o viernes de la próxima semana.

En el transcurso de la reunión celebrada en las oficinas de la calle de La Noria, los portavoces de los colectivos que protagoniza la Canción de la Risa mostraron su inquietud por el próximo inicio de las obras de remodelación que se han anunciado en el teatro Guimerá, el enclave que tradicionalmente ha acogida el concurso que inventó Manón Marichal.

El responsable de la organización del Carnaval garantizó que, conforme a las previsiones del equipo de gobierno, el teatro Guimerá permanecerá abierto y en activo hasta al menos el 1 de abril, fecha en la que se plantea el inicio de la mejora. Por este motivo, lanzó un mensaje de tranquilidad de cara a la próxima edición, cuando estará operativo aún enGuimerá, si bien anunció que desde hace ya tiempo la organización busca alternativas y se comprometió a ir de la mano de los grupos para contar con su opinión.

Diseñadores: la vida sigue igual
La relación que existe entre concejal de Fiestas y Asociación de Diseñadores del Carnaval parece pasar por una luna de miel fruto tal vez a que el concejal responsable de la organización puede presumir de haber sido autor de trajes de reinas y grupos antes que político en la primera línea.

Además de los colectivos de la Canción de la Risa, Javier Caraballero se reunió la semana que llega a su término con los creadores y artífices del esplendor que caracteriza las galas de las reinas del Carnaval. Tras revisar las bases, en las que reina un entente cordial después de la pasada edición, cuando se ajustaron a sus demandas, el responsable de la organización planteó la posibilidad de incrementar el peso del público en la puntuación de la elección de la reina. En la actualidad el voto del jurado pesa un 85 por ciento y el 15 restante se atribuye al voto del público, y Javier Caraballero intentó sin éxito dar mayor protagonismo a los espectadores, de tal forma que el voto del jurado fuera un 70% y el resto, de la valoración de los espectadores. Pero los diseñadores descartaron tan posibilidad. Sin novedades en las bases.

Humberto Gonar

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