Enrique Camacho se pone al frente de su sexta gala, a la que suma el espectáculo de la edición virtual y la elección infantil que lo catapultó para liderar el proyecto artístico. Se debate entre innovar, y asumir el riesgo, o ir a ‘caballo ganador’. En esta entrevista niega desencuentros con las murgas o los diseñadores, si bien se desmarca de las limitaciones que fijan este año los creadores y que romperán el ritmo, advierte.
Lleva ocho años vinculado al Carnaval como director artístico. ¿Se pierde la adrenalina?
La adrenalina nunca se llega a perder; cada vez la responsabilidad es mayor porque sientes la necesidad de darle más a los grupos y a la gente del Carnaval, de cumplir más. Tienes ganas de arriesgar más pero al mismo tiempo la precaución de que ese riesgo no guste y no sea comprendido y sencillamente que no quedamos asumir riesgo y no pase nada.
Con el cambio de ubicación del escenario en la edición de junio, ¿cómo será este año?
Las galas van a ser más convencionales porque el año pasado comprobamos cosas que gustaron y otras menos. Si el año pasado tuvimos actuaciones menos numerosas, este recuperamos momentos con más participantes.
¿Serán galas multitudinarias?
Sí, también porque la temática lo requiere. Nueva York es precisamente eso. No entendemos Times Square sin la aglomeración de gente o el desfile de la Acción de Gracias sin esa masa de artistas desfilando por las calles, o el Cine, sin miles de personajes, o Broadway, si esas compañías multitudinarias, y esa multiculturalidad de Nueva York que se vive también en nuestros grupos.
¿Ya se ha reconciliado con las murgas y los diseñadores?
Nunca he estado enfadado ni con las murgas ni con los diseñadores. Me consta que las murgas tampoco lo han estado conmigo. Me tocó que me cantara alguien el año pasado; supongo que viene en el sueldo y es lo que toca.
¿Y los diseñadores?
Los diseñadores es un colectivo que tendrá que ponerse de acuerdo consigo mismo en algún momento. Han visto siempre en la dirección artística, al menos en el tiempo que yo he estado, más enemigos que aliados, cuando nosotros siempre hemos hecho propuestas para realzar el concurso de la gala de la reina. Nuestro compromiso es ayudar tanto a las candidatas como a ellos. El año pasado fue la primera vez que hubo candidatas, como el caso de las finalistas, que se llegaron a nombrar hasta seis veces.
¿Comparte la fórmula que piden los diseñadores, que se anuncie a la candidata antes de que salga a desfilar?
Los diseñadores han optado por la imposición este año de una serie de condicionantes. La organización ha aceptado una serie de cuestiones planteadas y como director asumo unas bases están así implementadas, aunque no estoy de acuerdo con la obsesión que ha entrado de repente con que quien no cumpla está descalificado pero así se nos ha exigido.
¿Comparte esa fórmula?
Como director no puedo estar de acuerdo con esta fórmula antigua que ralentiza el espectáculo; este año nos vamos a encontrar con un parón entre cada candidatas y una prolongación de la gala. Parece que a los diseñadores les prima más los tres minutos y medio del desfile que el realce global en la gala, donde hay que agradecer el apoyo de los patrocinadores. Una gala con mayor enganche es más atractiva, pero este año hay una imposición y no mantendremos la tensión de los tres veredictos y en el carrusel saldrán todas; no hay finalistas. Lo digo como director, y no tengo la verdad absoluta: la gala pierde ritmo, se prolonga innecesariamente, pero es lo que quieren los diseñadores.
¿Esta es la gala de esplendor de Enrique Camacho?
Eso lo decidirá el público; estamos trabajando para que sea una gala lo más brillante.
¿Quién dirige los concursos?
Yaiza Suárez coordinará y jefatura de regiduría de los concursos.
¿Ha afectado la premura de tiempo entre el Carnaval de junio y febrero?
Todo el ayuntamiento se ha involucrado para sacar el Carnaval lo mejor posible más allá de problemas administrativos.
En mayo hay elecciones. ¿Es el fin de su etapa como director?
Ahora mismo no me lo planteo. Hay cuestiones personales y profesionales que valorar. Han sido unos años estupendo y vamos a poner el mil por mil. Unas elecciones no marca el principio o fin de una etapa; la vida sigue y si el político decide paralizarla, creo que se equivoca. El Carnaval hay que comenzar a prepararlo en marzo.
Humberto Gonar