El área de Fiestas será una de las más afectadas en los recortes que se aplicarán en la elaboración de los presupuestos de cara a 2021, no tanto por la merma de la aportación económica de fondos municipales como por la consecuencia del desplome de la previsión de los ingresos. La decisión de no celebrar el Carnaval en la calle se traducirá en un recorte de hasta el 35,75 por ciento, que, en su mayoría, corresponde a los ingresos que deja de percibir el Organismo Autónomo de Fiestas y Actividades Recreativas a consecuencia de no organizar los actos de la máscara en la calle. Dicha decisión supondrá que la organización dejará de percibir los ingresos correspondientes a las tasas que tradicionalmente abonaban los empresarios por hacerse con los kioscos que se sacaban a subasta, la feria de atracciones o, incluso, los emolumentos derivados de la venta de entradas de los diferentes concursos que no se desarrollarán en 2021.

El concejal del área, Alfonso Cabello, prevé un recorte en el particular del Carnaval del 35,75 por ciento, si bien desde Fiestas intentará realizar la cuadratura del círculo para, siguiendo las directrices marcadas por el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, mantener la asignación municipal a los grupos en calidad de contrataciones. Estriba ahí, precisamente, otro reto. De cara a 2021 se ha trazado como objetivo que las murgas, comparsas, rondallas, agrupaciones musicales y demás formaciones vinculadas a la fiestas –a la que se sumarían, por compromiso político, los diseñadores–, reciban la totalidad del importe de la contratación en el mismo año económico, cuando hasta la fecha lo habitual era dar el 50 por ciento con cargo a un ejercicio y la otra parte, a cuenta del siguiente. A solicitud del regidor, el concejal de Fiestas trabaja para que el recorte en los presupuestos del Carnaval no afecten a la aportación a los colectivos o, al menos, sea lo mínimo posibles para garantizar su continuidad tras este año de transición.

Se trata de un ejercicio totalmente nuevo, donde las previsiones heredadas, por el peso de la costumbre, quedan en el olvido a consecuencia de las medidas sanitarias para evitar posibles contagios. ¿Qué significa eso? No habrá Carnaval en la calle, por tanto, no habrá gasto en la programación de la fiesta en la vía pública, con la contrapartida que supone no generar ingresos. En todo caso, se mantendrá el alquiler del recinto ferial, con una escenografía más de andar por casa para un Carnaval virtual, basado en programas de televisión. De resto, la Concejalía de Fiestas soportará un 20 por ciento de recortes para mantener el resto de la programación, desde mayo, si el Covid-19 lo permite.

Humberto Gonar eldia.es

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *