El carnaval de Las Palmas de Gran Canaria presume de volver a los orígenes para justificar el desplazamiento obligado hacia los terrenos del Puerto. Pero en ese tránsito se producen reencuentros, dignos de romances de película, que dan un abrazo a la tradición de la fiesta capitalina. Es el caso, por ejemplo, siete años después de Alberto Trujillo. El escenógrafo que más veces ha diseñado el escenario del carnaval, el hombre que convierte en sueños la cara más visible de la Fiesta de Interés Turístico Internacional.

Trujillo ha sido el responsable del diseño del escenario que ya recibe los actos principales del carnaval en la explanada que antiguamente ocupaban los tanques de la BP. Han sido días de tensión para él, que trabajó por triplicado en las distintas ubicaciones imaginadas por el Ayuntamiento para albergar las fiestas. «He estado muchas horas sin dormir. Días en los que apenas he podido descansar hora y media», señala marcado por la lucha contra el calendario en la que se vieron los operarios tras los asuntos burocráticos que fueron dilatando el comienzo de los trabajos en la zona portuaria.

Pero ha valido la pena. Para Trujillo toda esa tensión cayó de su gesto cuando comenzó, con las orquestas oficiando de maestros de ceremonias, el pregón de esta edición. «Sentí que había una conexión muy importante con los carnavaleros. El ambiente fue fantástico, con todo el mundo bailando, y personalidades de todo tipo me decían que les encantaba el espacio», expresa.

El regreso de Trujillo al carnaval de Las Palmas de Gran Canaria es el reencuentro de un personaje esencial en la madurez de la fiesta. Con la de ‘Los carnavales del mundo’ ya son 22 las ediciones en las que él ha sido el responsable de el diseño del escenario principal. Un ejercicio de memoria que se remonta a 32 años atrás. «Recuerdo como si fuera ayer la primera ocasión. Fue en 1992 en el Teatro Pérez Galdós, aquel escenario con los caballos en el que preferí utilizar las tres primeras filas del patio de butacas para la escenografía y crear una conexión por la que desfilaron todas las murgas y las comparsas de aquellos tiempos», recuerda.

Desde aquel momento hasta hoy han pasado muchas cosas. Tiempos de grandeza y músculo económico, que permitían soñar a lo grande, o tiempos austeros de crisis económica que le obligaron a buscar tablones de madera por cualquier sitio para completar la estructura que se levantaba en el parque de Santa Catalina bajo cierta frustración.

Ahora, tras años lejos de su lugar natural, aceptó el encargo de Josué Quevedo, nuevo director artístico de la fiesta, y principal responsable de que Alberto Trujillo imaginara un escenario acorde al carnaval que soñaba. «Para mí fue muy especial la forma en la que me lo pidió. Me llamó y me dijo que quería quedar conmigo para hablar. Nos vimos en mi casa y nada más entrar me dejó claro que no se pensaba marchar sin que aceptara lo que me iba a pedir», cuenta.

Aquella noche fue eterna y pertenece a la historia que no se presenta en ruedas de prensa del carnaval de la ciudad. Trujillo y Quevedo congelaron el tiempo, dialogaron durante horas, sin una conversación previa que los situara, pero descubriendo en cada frase que soñaban con una fiesta muy parecida. Una en la que los neones iluminan las palabras pueblo y calle.

«Yo conocía su trabajo en los carnavales del sur de la isla o en otros eventos en los que estuvo al frente», introduce el escenógrafo. «Y en aquel momento, en una ocasión en la que actúe como jurado, le conté mi admiración por lo que había logrado con pocos medios», significa.

Quevedo piensa en un carnaval popular en el que se incluya mucha gente. Ya ha anunciado una obertura en la gala de la reina en la que participarán más de 1.000 personas entre grupos y participantes del carnaval. «Como debe ser», manifiesta Trujillo.

Técnica y corazón para el escenario del carnaval
La firma de Alberto Trujillo es perceptible y recordada a lo largo de los años. De memoria muchos podrán acordarse de obras de otros tiempos, como aquel dedicado a Egipto. Todo eso ha surgido de sus ideas sin perder de vista los elementos más orgánicos que siguen funcionando a pesar de la aparición de nuevos recursos tecnológicos.

Así lo destaca cuando explica cómo ha visto modificarse su trabajo desde los comienzos hasta la actualidad. «Tenemos unas técnicas de pantallas que nos permiten muchas cosas, pero siempre dentro de una base que se tenga que palpar. No solo lo que salga de una pantalla. Por eso para mí es muy importante la arquitectura del escenario, con los distintos elementos que se van enlanzado con esos tres platós que permitirán ir situando los diferentes actores que tendrá la fiesta y que podamos hacer eventos que destaquen por su dinamismo», comenta.

Trujillo está obsesionado con el dinamismo. Eso es lo que quiere que suceda en cada evento carnavalero, y cree haberlo conseguido con este diseño. «Este escenario tiene seis pasarelas que sirven para subidas y bajadas, dos de ellas frontales que permiten crear una conexión con el patio de butacas. Su forma circular también sirve para acoger al público y que quede integrado a través de las butacas y sus grandes escaleras», explica.

Alberto Trujillo durante la entrevista en CANARIAS7.
Alberto Trujillo durante la entrevista en CANARIAS7. Arcadio Suárez
El escenario central de ‘Los carnavales del mundo’ estará iluminado en sus días de máximo rendimiento por 150.000 vatios de potencia. Eso le confiere un relieve especial cuando la noche cubre Las Palmas de Gran Canaria, pero Trujillo quiere que sea mucho más que eso. «Antes de haber luz ya había escenografía. Por eso para mí es muy importante que haya una escenografía que se vea a todas horas y más cuando estamos potenciar un carnaval de día. Quiero terminar de aforar el escenario para que lo podamos ver en cualquier momento, sabiendo que toda la técnica y las luces le sacará mucho más partido por la noche», dice.

Por ello tiene claro que constante debe definir su trabajo como creador y conocedor, como pocos, de lo que significa y define esta fiesta. En carnaval siempre me gusta fantasear con el escenario. Y hay que darle brillo, porque eso es para mí el carnaval: brillo. Y lo hemos visto en los grandes carnavales del mundo como los de Brasil, Venecia, Barranquilla o Santa Cruz de Tenerife», culmina.

David Ojeda Canarias7 - Noticias de última hora en Canarias

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