El sorteo del orden de participación en las galas del pasado viernes solo es un anticipo de lo que está por llegar. Las Palmas de Gran Canaria ya se está poniendo la peluca y arrancará los Carnavales del Mundo 2024 este jueves, 25 de enero, con un pregón a cargo de las orquestas de las Islas, toda una declaración de intenciones verbenera. Por delante, casi cuatro semanas de unas fiestas que quieren volver a ser de calle y que llegan con importantes novedades y algunas incógnitas.
El obligado cambio de emplazamiento del escenario devuelve el Carnaval a su origen isletero, pero lo hace en un espacio hasta hace poco industrial -así lo atestiguan los colindantes depósitos portuarios de combustible- y en una zona cercana a viviendas. La concejala de Carnaval, Inmaculada Medina, ha participado en reuniones con vecinos para informar sobre las medidas previstas para conciliar la diversión con el descanso, aunque algunas de las quejas parecen abocadas a la vía judicial, como ya ha ocurrido con otros eventos vinculados al ocio nocturno en la capital grancanaria y al propio Carnaval.
Los contrarios a la celebración de las fiestas en el entorno portuario confían en que no vuelvan a celebrarse en la zona, algo que casi puede darse por descontado, dado el calendario de obras previsto para los próximos años de cara al soterramiento de la rotonda de Belén María. El consejero de Obras Públicas, Vivienda y Movilidad del Gobierno de Canarias, Pablo Rodríguez, avanzó el pasado viernes que los trabajos, con una duración prevista de dos años y medio, serán adjudicados en unas semanas y supondrán una ocupación parcial de la parcela a partir del verano.
En cualquier caso, la adaptación de esa parcela y la construcción del escenario, diseñado por el retornado Alberto Trujillo, ha sido un ejemplo de que la determinación municipal permite llevar a cabo proyectos en tiempo récord, siempre que se renuncie a los concursos públicos y se opte por procedimientos negociados sin publicidad. Las dudas que ha generado el emplazamiento del nuevo espacio, que gana en aforo al de Santa Catalina, se resolverán a medida que tengan lugar los grandes actos.
Plan de seguridad
Antes de eso, el Ayuntamiento debe establecer un plan de seguridad y movilidad que organice los flujos de tráfico y de personas en los principales eventos. El acuerdo se tomará previsiblemente en una reunión de la Junta de Seguridad que tendrá lugar este mismo lunes. De momento, la Autoridad Portuaria ha anunciado que los cierres de la rotonda tendrán lugar desde dos horas antes de los grandes actos. En esas franjas temporales, los vehícculos que entren y salgan de La Luz deberán utilizar el acceso ubicado a la entrada del Muelle Pesquero y pasar por la rotonda del centro comercial El Muelle.
Otra de las novedades destacadas de esta edición está en la propia dirección artística, que ha pasado de Israel Reyes a Josué Quevedo. El nuevo responsable de las fiestas deberá refrendar en los grandes eventos las muestras de buen hacer del acto de presentación del pasado viernes. Su principal reto es devolver la diversión a la calle, algo con lo que la organización ya ha logrado generar grandes expectativas: durante las últimas semanas, el Carnaval ha ido desgranando el plantel de artistas confirmados en un goteo casi diario a través de sus perfiles en redes sociales.
El primero fue Manuel Turizo, rutilante estrella colombiana que en los últimos años se ha situado como uno de los popes del reguetón y la música urbana a golpe de sucesivos éxitos. Su actuación, el día de la Gran Cabalgata, será uno de los grandes colofones de la fiesta, que tiene en Elvis Crespo, Tony Tun Tun, Laritza Bacallao o Joseph Fonseca otros de sus referentes internacionales. La última gran figura, Olga Tañón, fue anunciada el pasado viernes en la plaza de Santa Ana durante el sorteo de aspirantes.
Cambios en las murgas y la Reina
Los cambios en las fiestas también afectan a los certámenes y concursos, como el de murgas. Las agrupaciones, que se subirán al escenario entre el 29 de enero y el 3 de febrero, volverán a disponer de 30 minutos, como ocurría antes de la pandemia. Las que pasen a la final deberán presentar dos temas, uno de ellos inédito, además de la puesta en escena, el pasacalle y la despedida.
La Gala de la Reina, el 9 de febrero, no se queda fuera de los cambios, que van desde las dimensiones de los trajes -pasan a tener 4,50 metros de alto por 4,50 de ancho por 4,50 metros de fondo, cuando hasta ahora eran de 4,50 de alto, 3,50 de ancho y cinco de largo- a las de las ruedas. También serán diferentes las votaciones: el público representará el 15% del total; el jurado, el restante 85%. El anuncio de resultados no incluirá la ‘tensión’ del formato de voto eurovisivo, con los puntos de cada participante desvelados mesa por mesa.
Juanjo Corujeira