Muchas son las historias y leyendas que guarda el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, sobre todo las propias de cada uno de los carnavaleros. Pero más aún cuanto más veterana es la generación a la que pertenece.

Un momento en concreto, una canción, un regreso a casa inolvidable. Las batallitas pueden ser infinitas entre los mentideros de la mayor fiesta de Canarias. Sin embargo, pocas -o ninguna- seguramente superen la del coche que amaneció en el interior de la antigua plaza de la Paz.

Una apuesta en los 60
Según recuerda en un texto Puente de Mando, este hito ocurrió hacia finales de los años sesenta con el surrealista telón de fondo de una apuesta entre dos amigos tras una buena noche carnavalera.

Así, el propietario del archivo de la fotografía, Juan Antonio López, explicaba que todo surgió cuando, hace ya 60 años, la claridad del día amenazaba con poner fin a la fiesta nocturna y esos amigos rodaban rumbo a sus casas subiendo por la Rambla Pulido.

Entonces, como en la mayoría de las apuestas absurdas, todo ocurre cuando el pasajero picó al conductor. “A que no eres capaz de meter el coche, de una vez, dentro de la fuente”.

La antigua plaza
Hay que recordar que, hasta las obras para instalar las vías del Tranvía de Tenerife, entre 2004 y 2007, la plaza de la Paz, de mayor tamaño que en la actualidad, se situaba en el centro de la confluencia entre la rambla de Pulido con la entonces llamada Rambla General Franco (hoy llamada Rambla de Santa Cruz) y la rambla de las Asuncionistas y no desplazada unos metros como se reubicó por los trabajos.

Además, era una fuente en condiciones. Con su estructura funcional y, como se ve en la imagen, con su entorno ajardinado. Para los más melancólicos y futboleros, también era el histórico punto de celebración de los éxitos del CD Tenerife hasta la misma obra de desplazamiento.

Reto aceptado
El caso es que el conductor, comprendemos que, animado y estimulado por la fiesta, no se planteó el no por respuesta y aceleró con toda la fuerza que los vehículos de aquella generación permitían. El resultado fue que ganó la apuesta.

Según el relato, el lógico estruendo generado a las intempestivas horas no pasó desapercibido y propios y extraños descubrieron atónitos que un coche había caído en el interior de la fuente, saltando el muro.

Un poco de historia
La plaza de la Paz fue construida en el año 1870 y hasta 1918 no obtiene el nombre por la que se le conoce, cuando el alcalde Esteban Mandillo se lo puso en honor a la finalización de la I Guerra Mundial.​ En la década de los 20, bajo el mandato de este mismo alcalde, la plaza contaba con jardines y algunos bancos en su interior.

Además, este enclave urbano ha sido testigo de los cambios urbanísticos y de las transformaciones que han ocurrido en Santa Cruz durante los últimos 90 años. Muestra de ello es que la incorporación de nuevos carriles en las vías de su alrededor propició que a principios del siglo XX sus dimensiones se vieran reducidas a una pequeña rotonda ajardinada con una fuente en su interior. Asimismo, fue la pionera en contar con la primera fuente luminosa que tuvo la ciudad.

 Bela Cabrera 

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