«En el aire. Sin palabras. Incrédulos». Así se muestra la familia de la murga Desbocados (fundada en 2006) tras conocer el fallecimiento de Víctor Rodríguez Paz, un amante de este género del Carnaval que más allá del ritmo que marcaba con sus bongos, fue un ejemplo de compañerismo, de apoyo incondicional, de renunciar al protagonismo para trabajar como el que más en cuantos proyectos participó. Tanto en el ámbito de la fiesta como en su aportación en el mundo del deporte.

En sus redes sociales, Desbocados lo definen como un «padrazo un hermano, un amigo, un vecino de sus vecinos, un luchador nato que defendió a toda su familia y a cuantos lo rodeaban. Un entrenador mágico que hacía equipo, un presidente que cumplió el sueño de sacar su equipo de fútbol para todos sus niños, con su Añime Cuesta Piedra. También Diablos Locos rememoraba en su perfil, desde el agradecimiento y la admiración, la aportación de Víctor Rodríguez durante su etapa en las filas trónicas y en particular su entrega para hacer posible que saliera Minilocos, la murga infantil de los trónicos que fue realidad en 1968 y 1969.

Desbocados de ayer y hoy se dieron cita en el entierro para cantar el último pasacalle en su honor.

Humberto Gonar eldia.es

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