Nacido en la localidad gomera de Hermigua, Rafael Rodríguez se inició siendo pequeño en la creación de sus viñetas de cómic, una habilidad que desarrolló de la mano de su tío José Luis Cedrés, licenciado en Bellas Artes. Sin embargo, ‘la especialidad de la casa’ de este creador es recrear personajes conocidos de ‘Star wars’ o ‘Spiderman’, entre otros, que expuso en las instalaciones de El Corte Inglés.
Los concursos de disfraces del Carnaval chicharrero vivieron dos épocas claramente diferenciadas. La primera, de la mano de Miguel Delgado Salas El Mudo y José Manuel Lis Armas, quien dio vida a Miss Peggy, y otro momento histórico que supuso el desembarco de la ciencia ficción de la mano de Rafael Rodríguez, quien comenzó en 1983 con el grupo de disfraces que organizó para recrear a la saga Star Wars y para, a partir de ahí, dar vida ya en solitario a cada uno de los personajes en los estrenos cinematográficos que se han sucedido. Incluso, en la actualidad, con la llegada a la gran pantalla de una nueva edición de Spiderman.
Rafael Rodríguez, junto a Robocop, uno de sus favoritos y que tardó un año en recrear. María Pisaca
En el marco del Salón del Cómic, Rafael Rodríguez mostró, en la sala de arte de El Corte Inglés, solo un tercio de los personajes que colecciona en su casa: Daredevil, Batman, Thor, Loki, Juez Dredd, Robocop, Darth Vader, Chewbacca o el Mandaloriano. Una exhibición de la habilidad de quien confecciona y elabora cada elemento del traje de forma artesanal y mimando hasta el detalle, disfrutando el magisterio en la confección de su suegra y con el control de calidad de su hijo, que ya sigue su huella y que supervisa hasta el último milímetro. Basta que el junior sepa que no se ajusta fielmente a la obra original para que invite a su padre a mejorarlo.
Rafael Rodríguez con Chewbacca. María Pisaca
El cine ha sido el caldo de cultivo de estas obras de arte de aquel niño que comenzó disfrazándose y dando vida a Don Tenorio y que ha acabado siendo el alma de Darth Vader, Robocop o Batman. Comenzó en el Carnaval y se ha convertido en un incondicional de los estrenos cinematográficos. Las salas de proyecciones lo invitan para que acuda a los estrenos con el personaje de moda y eso le permite pasar la prueba de fuego antes del Carnaval, cuando desfila por la calle con el disfraz.
Profesional del mundo de la seguridad, Rafael Rodríguez se ha familiarizado con el manejo de diferentes técnicas para lograr los acabados más fieles al original. Desde cuando hacía los cascos o elementos del traje con pasta de papel o fibra de vidrio, de forma personalizada, hasta incorporar materiales de vanguardia como la fibra de vidrio, silicona o la espuma de látex.
El niño que comenzó representando a Don Juan Tenorio encarna ahora a personajes de la saga ‘Star wars’
«El precursor del Cosplay en Santa Cruz de Tenerife fue don Pedro Gómez Cuenca, quien tenía un traje exacto de Charlot y hasta se comía los claveles. Era perfecto». A Rafael no le duelen prendas a la hora de establecer relación entre Carnaval y los trajes del séptimo arte que casi se construye. Y pone otro ejemplo: Santiago Díaz, quien encarna a Harpo. «He estado con él, vestido de calle, y tiene tan asumido que es el mudo de los Hermanos Marx que muchas veces ni te habla, sino que gesticula como si estuviera representando el papel; es maravilloso».
Con excelente humor, Rafael se reconoce fan de la ciencia ficción, «lo que ahora se denomina friki». Recuerda cuando en los primeros años de participación en el concurso de disfraces sorprendió porque llevó una cinta de casete –«aquellas que tenías que meter un bolígrafo para rebobinarlas»– y le pidió a quien activaba el sonido que la pusiera en el momento que iba a salir a desfilar. Este gesto supuso toda una revolución en la puesta en escena, por la fidelidad de la caracterización en la recreación sobre el escenario del Carnaval chicharrero.
Chewbacca, el ligón
Como alma de personajes de la ciencia ficción que se ha prestado a miles de fotografías, reconoce que Chewbacca «es un ligón», frente al respeto que impone Darth Vader. No oculta su predilección por Robocop, un personaje que creó cuando ni existía internet. Ante la falta de los recursos gráficos, iba con una cámara de fotos para hacerse con imágenes de los pocos detalles de la ropa. Tardó un año en elaborar este personaje. Lo sabe porque se estableció un calendario detallado: enero y febrero, para hacer los pies y las manos; marzo, para dedicarse a los brazos… Rafael cultivó sus habilidades en el mundo de las artes desde chico. Su tío, el licenciado el Bellas Artes José Luis Cedrés, lo instruyó en la iluminación y la profundidad en el manejo del carboncillo, lo que le permitió hacer sus propios cómics cuando tenía cuatro o cinco años. La pasión por dar vida a los personajes supone un sacrificio que le ha obligado a idear un sistema de ventilación en algunos de los cascos o llevar un chaleco de hielo para evitar deshidratarse.
Nacido en Hermigua hace 59 años, Rafael Rodríguez ha convertido su casa en Santa Úrsula en un taller y un museo, donde atesora una treintena de trajes; ninguno repetido, sino adaptado a los nuevos episodios, donde estudia al milímetro cada detalle para reproducirlo, como el casco de Darth Vader, «asimétrico, como ocurre con el colorido, para evidenciar que es imperfecto como el ser humano que va dentro», una reflexión que hace suya del creador. Rafael es un arquitecto del arte efímero del disfraz, que contribuye a hacer realidad, de forma metódica y artesanal, un Carnaval de película.
Humberto Gonar