La alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias, detalló los pormenores del regreso del Carnaval capitalino al Parque Santa Catalina. La regidora rehusó que el traslado fuera a causa del malestar de los vecinos de Alcaravaneras y defendió que se debió al visto bueno del estudio de la viabilidad que dio luz verde a regresar el emplazamiento habitual. La alcaldesa puso sobre la mesa que se tomó la decisión con el único objetivo de “hacer siempre lo mejor para tener el mejor Carnaval del mundo como será otra vez en el año 2025”.

La capital grancanaria es una ciudad en construcción, lo que ha provocado que la fiesta baile de una ubicación a otra. El escenario central de las fiestas se desplazó a La Isleta en la edición de 2024 por las obras de la Metroguagua. Sin embargo, el barrio portuario no puede acoger nuevamente el escenario en 2025 por las obras de soterramiento de Belén María que están teniendo lugar actualmente. Por lo tanto, la alternativa escogida por el Consistorio para el escenario principal fue el Parque del Estadio Insular, que entre 1983 y 1996 ya fue el hogar del concurso de murgas en 13 ediciones consecutivas. Sin embargo, la semana pasada anunciaron el regreso a Santa Catalina.

“Como saben, hay un elemento novedoso respecto al Carnaval del año pasado. El año pasado estaban efectuándose las obras de la Metroguagua en Santa Catalina, ahora por razones imputables a la propia dinámica de la obra, ese contrato fue resuelto”, resaltó la alcaldesa. Las obras del transporte público de alta capacidad han sido paralizadas en el Parque después de que la empresa pública Guaguas Municipales rescindiera el contrato por el encarecimiento del proyecto, cuyo presupuesto aumentó un 50% respecto al precio de adjudicación. La imposibilidad de asumir los sobrecostes ha obligado al Ayuntamiento a publicar nuevamente a concurso público la obra, por lo que no se espera que se retome hasta el próximo año.

Quejas vecinales
El traslado de la celebración a La Isleta estuvo acompañado de las quejas vecinales, los residentes incluso recogieron firmas para evitar la celebración de la fiesta en el barrio. El anuncio del traslado al Parque del Estadio Insular tampoco fue un camino de rosas, ya que tanto los vecinos como organizaciones ecologistas mostraron su malestar por ocupar una de las pocas zonas verdes del barrio. Por ejemplo, Canarias Insumisa avisó de que se encadenarían al olivo del parque si pretendían moverlo, ya que fue plantado en solidaridad del pueblo canario con Palestina.

Gretel Morales

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