Carnaval propondrá reutilizar la antigua sede de la escuela de Veterinaria para que las comparsas del Cono Sur capitalino puedan ensayar. Así lo comunicó el pasado lunes la concejala del área, Inma Medina, a las distintas formaciones implicadas en el sorteo del orden de los concursos de comparsas y murgas. La idea será dar respuesta a una reivindicación que llevan realizando «desde hace años», tal y como recalcó. Para ello, tendrán primero que solicitar al Gobierno de Canarias, administración titular del inmueble, un cambio de uso de estas instalaciones.
Las comparsas Yoruba, Chiramay y Lianceiros llevan años reclamando un lugar donde poder ensayar las coreografías y tener los talleres donde confeccionar los disfraces que lucen en las galas del parque Santa Catalina. Una necesidad que se hizo notar especialmente en los pasados carnavales, cuando los grupos necesitaron hacer sus preparativos al aire libre dado que todavía estaban vigentes algunas restricciones de aforo en interiores.
El inmueble se encuentra en la calle Francisco Inglott Artiles, en el barrio de Zárate. Acogió hasta finales de los 90 la sede de la Escuela de Veterinaria, cuando se trasladó a la costa de Arucas. Propiedad del Gobierno autonómico, el Ayuntamiento utiliza actualmente la planta baja con usos sociales tras ser cedido por parte del titular. El resto se encuentra tapiado y en estado de abandono tras ser rehabilitado con cargo al Plan E de la época de Zapatero.
Participación ciudadana
Medina señala a este periódico que el área de Carnaval pedirá todo el edificio y lo adecuará para estos grupos. «Haremos lo mismo que hicimos con el Manuel Lois», indica. No obstante, se trata de una propuesta a medio y largo plazo. Según la edila, los servicios sociales que se están ofreciendo en este inmueble se trasladarán próximamente a otro local en el mismo barrio a través de la concejalía de Participación Ciudadana, por lo que el edificio quedaría liberado y podría así realizarse la cesión.
«El Gobierno de Canarias tiene cedido al Ayuntamiento el edificio con fines sociales, pero las comparsas hacen también un buen trabajo social, sobre todo con los jóvenes», señala Medina. «Se trata de grupos que todavía no tienen espacio, sobre todo en el Cono Sur», aclara, «entonces, no los puedo mandar al Manuel Lois por las conexiones, hemos buscado la manera para que puedan tener un lugar».
La comparsa Lianceiros, quienes abrirán el concurso de 2023, no está de acuerdo con esta propuesta. «Si ya es complicado organizarnos aquí en Jinámar, imagina ir hasta Zárate», señala Nerea Armas, presidenta de la formación, «ya se lo hemos comunicado a Medina, entendemos que está buscando un sitio, pero tenemos mucha gente necesitada, hemos quitado hasta cuotas de inscripción, como para pedirles pagar un transporte».
Armas resalta que los ensayos están siendo complicados en el espacio que tienen en el parque de la Condesa, «pasamos frío, hay goteras, ratas, cucas; y aún así hacemos todo lo posible para sacarlo adelante»; además, sugiere que «en el barrio hay un centro cívico sin uso que podríamos utilizar nosotros». Es más, en los pasados carnavales el diseñador llegó a romperse una pierna ante las malas condiciones que soportan.
La comparsa Yoruba es otra de las que han tenido dificultades para ensayar en los últimos años. Tras declarar en ruinas su local, se vieron obligadas en la pasada edición de las carnestolendas a preparar el show entre un parque de Zárate y la cancha del colegio de Salto del Negro. Este periódico no ha podido contactar con ellos. Actualmente, la mayoría de grupos -murgas y comparsas- de la capital hacen sus preparativos en el antiguo cuartel Manuel Lois, un espacio que fue adaptado para tal fin en la pasada legislatura.
Durante el reparto del orden de participación también comunicó a la murga los Chachitos el nuevo local de ensayo que podrían utilizar. En este caso, la formación hacía sus preparativos al aire libre, en el parque Hermanos Millares, en Escaleritas. Medina indica que la concejalía de Vivienda les ha cedido un local adjunto a esta plaza, por lo que la cantera murguera no tendrá que moverse.
Adzubenam Villullas