La organización del Carnaval chicharrero ya ha entregado al Gobierno de Canarias la hoja de ruta de cómo será la desescalada que permitirá el regreso de murgas, comparsas, rondallas, agrupaciones musicales, grupos coreográficos a los locales de ensayo atendiendo las premisas consensuadas en las reuniones mantenidas entre los concejales de Fiestas de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria con el consejero de Sanidad y el director del Servicio Canario de Salud, entre otros dirigentes del Ejecutivo.

El plan de prevención de contagios elaborado por Manuel Asensio, el director de seguridad que permitió la celebración con éxito de las Fiestas de Mayo en el espacio cultural estable de la avenida de Anaga, queda condicionado a dos requisitos fundamentales: el primero, la preinscripción que se abrió ayer para conocer el próximo viernes los grupos que concursarán en el Carnaval 2022 y que, en el mismo trámite, designarán a un delegado covid que el lunes 25 de octubre participará en un curso en el que Asensio les instruirá sobre las normas que rigen los ensayos en los locales. Ya a partir del día siguiente se permitirá la reapertura de las sedes condicionada al cumplimiento del plan de prevención de contagios, si bien se ha puesto como fecha simbólica el 1 de noviembre.

Una vez finalizada la preinscripción la organización ya procederá a la elaboración de un cuadrante para poner en marcha los espacios alternativos donde los grupos podrán ensayar al completo para empastar las voces. El concejal de Fiestas, Alfonso Cabello, admite que se encuentra «entre abrumado e ilusionado por lo que sería la vuelta a la normalidad del Carnaval que representa el mayor colectivo no profesionales, después de los escolares, que vuelven a la normalidad; estamos hablando de 9.000 personas vinculadas directamente a los grupos que se movilizarán por los cinco distritos y en varios municipios de cara a poder garantizar que se celebren de forma segura los concursos y galas». «El ayuntamiento lleva trabajando hace varios meses en este protocolo que en principio no ha sufrido ninguna objeción de parte del Gobierno canario, que nos permite abordar este proceso».

Conversación individual
La prescripción dará paso una conversación individual con cada grupo para analizar la situación personalizada antes de convocar a todos los delegados covid, de cada grupo, con la organización y técnicos en prevención, para explicarle riesgos, debilidades y amenazas que se pueden encontrar para la propagación de la pandemia.

«Entre todos es muy necesario que seamos capaces de transmitir lo que somos: no solo una gran fiesta sino una fiesta segura. Eso nos llevará a que desde el 1 de noviembre los locales estén abiertos, aunque las cantinas estén cerradas y ya desde el 15 de noviembre habilitar cinco espacios para que en dos ocasiones cada semana los grupos puedan encontrarse de forma conjunta trabajando con un máximo de 85 componentes en simultáneo para poder ensamblar los trabajos que vayan realizando». «Estos espacios, que va a controlar el ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, van a tener en torno a una hora y media de ensayo, luego los vamos a airear y limpiar para seguir con otra hora y media de ensayo con otro grupo, y estarán operativos de lunes a sábado, tomando en consideración que más adelante se amplíe con otra hora más y en domingo». Ese es el formato genérico sobre el que Camacho precisa el reparto cómo se realizará por modalidad.

El director artístico del Carnaval se ha trazado con objetivo garantizar a las murgas adultas poder ensayar al completo tres días a la semana, que dependerá de las reuniones que se mantendrán de forma personalizada con los inscritos para armar el plan definitivo. A las agrupaciones musicales se les asignará un día de ensayo conjunto a la semana, mientras a las comparsas se les mantendrá la fórmula de los pabellones que han venido disfrutando en ediciones anteriores. También se trabaja para que los coreográficos puedan contar con uno o dos días a la semana para su montaje, según concreta Camacho.

El plan que permitirá el regreso a los locales se acoge al resquicio legal que permite el mismo decreto ley que dictó el Gobierno de Canarias y que deja abierta la posibilidad a que las autoridades autonómicas fijen normas concretas para casos particulares, por lo que los ayuntamiento de Santa Cruz y Las Palmas hacen un frente común del que están pendientes en resto de las corporaciones municipales para trasladar a su fiestas.

El protocolo recoge que los integrantes de los grupos del Carnaval conforman un grupo temporal de convivencia estable, porque realizarán actividades de forma conjunta, para precisar que pertenecen al mismo municipio o núcleo urbano en su mayoría. También se condiciona a que la actividad en el local se realice conforme al aforo permitido en el espacio destinado para los preparativos, siempre manteniendo las medidas preventivas sanitarias de obligado cumplimiento, siendo los presidentes y directores de cada grupo quienes fijen las fechas y horarios de los ensayos.

Después de la prescripción, la designación del delegado covid y el curso de seguridad, los grupos se comprometen a cumplir las medidas que incluye el protocolo consensuado entre los ayuntamientos y el Gobierno canario, para lo que cada componente tendrá que firmar su compromiso.

En caso de que se registre algún contagio se comunicará al delegado covid del grupo y se procederá a la adopción de las medidas de aislamiento inmediato, además no se podrá acudir al ensayo cuando se tenga sospecha de estar infectado o se haya estado en contacto con alguna persona afectada hasta que se reciba la autorización médica, según la norma general.

Normas concretas
Más allá de las normas de seguridad ya conocidas para evitar contagio, el plan para regresar a los locales establece que el delegado covid deberá tener un registro diario de las personas que hayan acudido a los ensayos, documentación que deberá custodiarse durante al menos cinco semanas.

Los componentes adultos y los tutores de los menores de edad deberán entregar dos formularios: uno, para tener localizado a cada uno a través de su teléfono de contacto, correo electrónico y dirección. En el segundo es una declaración responsable en el que cada integrantes hace constar que sabe del riesgo que asume por ensayar, a la vez que compromete que en el momento de la firma no presenta síntomas vinculados con la pandemia y acepta cumplir el protocolo. En caso de que se produzca un contagio y el grupo no pudiera participar, no incumple con el calendario previsto por la organización del Carnaval, para finalizar el documento apelando a la responsabilidad individual. Solo será necesario la presentación de ambos documentos cuando cada grupo comience los ensayos.

Cómo bailar y tocar la trompeta
El protocolo elaborado por Manuel Asensio que se presentará a los grupos el lunes 25 entra al detalle más allá de reiterar que en todos los espacios cerrados es obligatorio el uso de mascarilla y tener una distancia de seguridad de un metro y medio de hombro a hombre. Cuando los murgueros toquen sus trompetas podrán retirarse la mascarilla para ese momento y volvérsela a colocar nuevo para seguir cantando; en todo caso debe haber un metro y medio de distancia entre componentes. Cuando se haga uso de la trompeta, se deberá colocar en el suelo papel sobre el que se el pito «con el fin de depositar el agua de condensación de la expiración en el instrumento que se origine en el desarrollo de la actividad».

En el caso de los cuerpos de baile de comparsas y grupos coreográficos, se mantendrá un flujo unidireccional que evite el cruce con otras personas. Según explicó el director artístico a los representantes de ambas modalidades, no debe existir contacto físico y en el baile no podrán estar frente a frente los componentes, insistiendo en mantener la distancia social.

El responsable covid será el encargado de establecer los grupos burbujas, sin permitirse el cruce de uno a otro. También se podrán colocar mamparas de separación u otros elementos, como roll-ups transparentes.

Ensayos con puertas abiertas
El protocolo incluye una tabla que condiciona la ocupación de los locales en función de si permite mantener la distancia física, el grado de ventilación o si existe consumo de alcohol, de ahí que se prohiba fumar, beber o comer dentro del local, así como compartir móviles o tablets. La ocupación no excederá los 20 componentes, el ensayo –con puertas y ventanas abiertas– podrá superar la hora y media, advirtiendo que no podrán coincidir grupos burbujas. Regresan los ensayos sin tertulias en las cantinas, –que estarán cerradas– o por fuera de los locales.

Humberto Gonar Menciones - CEOE-Tenerife

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