Álex García (1981), natural de La Laguna, es uno de los actores más destacados en el actual panorama nacional. A lo largo de su carrera ha trabajado en televisión, cine y teatro, protagonizando papeles de todo tipo y, tras todas estas experiencias, afirma que, al final, realmente lo que le gusta “es contar historias, cualquier género es bonito”. El actor tinerfeño, que acaba de estrenar la segunda temporada de Sagrada Familia y de presentar también la segunda de El inmortal, fue uno de los galardonados este año por los Premios Taburiente de la Fundación DIARIO DE AVISOS, un reconocimiento que recogió el pasado 26 de octubre en la gala celebrada en el Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife.
-Muchos le recuerdan como ese chaval que cubría actos del Carnaval en una cadena local de la Isla, ¿cómo recuerda usted esos inicios?
“Pues recuerdo que, como niño que era, iba a corazón abierto, digamos, a cada trabajo y a cada situación. Siento que todo ha cambiado mucho y que muchos de esos trabajos, y la forma en que los hacíamos, con las barbaridades que se podían vivir en Carnavales, ahora no se nos pasaría ni por la cabeza repetirlos. Sin embargo, gracias a eso soy quien soy hoy, humanamente sobre todo, y es con lo que me quedo”.
-¿Fue ahí donde le nació el gusanillo de la interpretación?
“De antes. Fíjate en la importancia de la educación y de los educadores, porque fue una tutora que tuve en el colegio quien me dijo si me quería meter a hacer la obra de fin de curso. Y cuando yo acabé, en octavo de EGB, que para mí a esa edad yo pensaba que era mayor y tenía 13 años, ella me dijo que yo me dedicaría a esto y es algo que no olvidaré en mi vida. De hecho, aquí estoy”.
-En este tiempo ha interpretado papeles de todo tipo, ¿en qué género se siente más cómodo o le gusta más?
“Realmente lo que me gusta es contar historias, cualquier género es bonito. Si lo haces al final desde el corazón, cualquier historia que cuentes, apetece. Luego el director es el que se encarga, con el guion y el guionista, de llevar eso a la comedia o convertirlo en drama, porque al final muchas comedias son un drama, depende de dónde pongas la cámara y desde dónde actúe el actor, le saca la comedia a la situación. Es algo que podemos hacer constantemente en nuestra vida, poder reírnos de momentos intensos, al igual que no pasar por encima de momentos importantes, como cuando leemos las noticias y no dar por hecho que cada día tienen que morir miles de personas o niños porque lo veas cada día en el periódico, sino recordar a cada momento que eso es una barbaridad y que no es normal que ocurra”.
-Ha hecho teatro, cine, televisión, ¿qué escenario le gusta más?
“Pues, realmente, es un tópico, pero el teatro tiene algo muy especial, es artesanía. Saber que con los tiempos que corren 400 personas se han desplazado hacia ese lugar y que, en el mejor de los casos, han decidido apagar sus móviles, convierte ese acto en algo único y especial. Así que afortunadamente, a día de hoy, y desde hace miles de años, el teatro sigue teniendo una magia que tiene que ver con la artesanía. Sin embargo, yo en el rodaje de películas he vivido experiencias únicas en mi vida y hay películas que han sido para el espectador únicas en su vida. Así que si eres humilde. cada apartado puede puede hacerte vivir una experiencia muy especial”.
-Después de tantos años, ¿se mantienen las mismas ganas e ilusión o llega un momento en el que apetece parar o quizás probar otros rumbos?
“A mí siempre me ha gustado parar y ahora, de hecho, estoy en un momento de parar profesionalmente. Gracias a que me estoy dando tiempo y no trabajo constantemente, sino que pongo yo el ritmo y no permito que la industria sea la que lo ponga, eso me hace coger cada proyecto con ganas y sabiendo que yo lo he elegido, siendo consciente de que no es otro más después de otro, sino que es el proyecto que elegí hacer en este momento. Eso hace que todo lo disfrute de una manera especial cada día”.
-¿Cómo valora la situación actual del cine español?
“Pues es muy positiva, la verdad. No dejo de ver películas que me encantan, no dejan de aparecer propuestas cada vez más amplias, comerciales, pero sin pudor; de autor, sin miedo a equivocarse. Al igual que luego el término medio también se da, como ha estado siempre. Siento que, de alguna manera, estamos empezando, tanto en Canarias como en la Península, a perder el miedo a equivocarnos”.
-¿Y qué le parece el papel destacado que está teniendo ahora Canarias como plató de cine? Con todos estos rodajes que se están realizando en el Archipiélago…
“Bueno, ya casi que somos séniores en eso, somos los pioneros prácticamente. Cada vez más lo está copiando el resto de la Península, pero eso se lleva haciendo en Canarias desde hace muchísimos años. Me alegro mucho, porque al final es una industria bellísima, la del cine, si te quedas con lo bonito, por supuesto, con historias buenas que te ayudan a cambiar, a reflexionar. Y hay equipos y productoras que a día de hoy están viviendo de ello y que son canarias al 100%. Eso, cuando yo me fui de aquí hace veintipico años, ni se soñaba. Hubiera sido un chiste si alguien te dice hace veintipico años que se acaba de ir Brad Pitt y que luego viene George Clooney”.
-¿Qué es lo que echa más de menos de Tenerife viviendo en la Península?
“Pues el otro día estaba hablando en la Península con alguien que había viajado mucho, acerca de que el clima canario es uno de los mejores del planeta. Y eso conlleva que el ambiente en Canarias sea uno de los mejores y que la vegetación, por ejemplo, posea de una belleza extraordinaria. Si no permitimos que este capitalismo feroz que nos rodea siga imponiéndose por encima de la belleza, pues Tenerife seguirá siendo bella durante muchos años, y también Canarias”.
Yazmina Rozas