Alfonso Cabello, concejal de Fiestas, afronta en esta edición el reto de devolver el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife a su formato tradicional, después de asumir una edición virtual para sortear la incidencia de la pandemia y luego la tradición del pasado junio. En este tiempo ha tenido la oportunidad de gestionar las ediciones que se han celebrado con mayor tiempo de por medio y también dos fiestas en menos de seis meses.

Especialista en el mundo de la publicidad, reconoce con solemnidad y orgullo que organizar el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife es lo más grande que le puede ocurrir a un profesional en Canarias, si bien amor no quita conocimiento y advierte de dos necesidades. La primera, articular un ente autónomo al que se le encomiende la única misión de preparar durante todo el año el Carnaval. «A veces se piensa que detrás de la organización hay un equipo de un centenar de personas y en realidad sale gracias al esfuerzo de la docena de trabajadores del Organismo Autónomo, que se entregan para que esto sea posible».

El otro reto que se plantea es sacar a licitación, con un plazo mínimo de un año, la adjudicación del escenario para garantizar la concurrencia y avanzar en la profesionalización. Más allá de estas dos premisas, Cabello admite su preocupación por los grupos infantiles, a los que reconoce que «tratamos como si fueran adultos pequeños y precisan de una atención pormenorizada y adaptada, dado que es la escuelita del Carnaval, y a ella nos debemos para garantizar el futuro de la fiesta».

También incide en la necesidad de abrir el melón de las bases de todos los concursos. En el caso de las murgas adultas, admite a título personal que es partidario de que la puntuación de fase se sume a la de la final, quizás porque se reconoce un enamorado de las letras y no vería mal, incluso, recuperar de cara a ediciones sucesivas la fórmula en la que el jurado puntuaba por apartados. Pero eso será ya para febrero de 2024. Eso sí, es un defensor de volver al formato de concurso de toda la vida, tanto en murgas infantiles, en las que defiende recuperar en el futuro los dos temas, y en las adultas, con una final de nuevo a dos canciones y no una como ocurrirá el viernes 3 de febrero. «Los representantes de las murgas infantiles se decantaron por una canción para facilitar el regreso a concurso».

El concejal asegura que el centenar de formaciones que desde la próxima semana protagonizarán los diferentes concursos y galas gozan de buena salud, pero «es necesario avanzar de la mano de la Concejalía de Participación Ciudadano en dar mecanismos y formación en aras de que los colectivos ganen fortaleza; no hablo de profesionalizarlos, pero sí de instruirnos en los requisitos actuales que se fija ya que la mayoría de los trámites se hacen por plataforma virtual. De nuevo, hay que reconocer la labor del personal de Fiestas; sin ellos, muchos grupos no formalizarían los requisitos que establece la ley y no podrían salir al Carnaval».

Sobre los contratiempos que han soportado nueve formaciones oficiales que no han cobrado aún por problemas con Hacienda –estatal y canaria–, el concejal de Fiestas confía que en cuestión de días, incluso horas, ya esté resuelta esta situación en ocho de los nueve casos, pues el expediente ya está solo pendiente del área de Intervención municipal.

Junto a la fortaleza que atribuye a los grupos y el agradecimiento expreso a las miles de personas que ensayan para engrandecer la fiesta, Alfonso Cabello admite que afronta una edición agridulce, para atribuir precisamente a los grupos del Carnaval el oxígeno que dice recibir. «Piensa que comenzamos a las ocho de la mañana con mesas de contratación y trámite de expedientes administrativos para finalizar con la visita a los grupos, como ocurrió el lunes. Fue la recepción a las candidatas a reinas, antes nos habíamos reunido para cerrar un patrocinador nuevo para el Carnaval y luego nos marchamos a visitar los locales de ensayo de Danzarines Canarios y Diabólicas. Eso nos da aire y gracias a los encuentros con los grupos cargamos pilas e ilusión para afrontar una faceta más gris como es el trabajo administrativo de pliegos y contrataciones».

Pero admite que esa faceta es vital para poner los pilares de una edición que augura será de máximos: tanto en afluencia de vecinos, como de turistas. Le sale ahí su visión como consejero delegado de la Sociedad de Desarrollo para fijarse la meta de superar los 35 millones de euros en ingresos que reporte la celebración del Carnaval.

Cuando se le pregunta si la contratación de nuevo de Enrique Camacho como director artístico se debe al peso de la inercia por la premura de tiempo entre una edición y otro, Camacho rompe una lanza por el artista con un símil deportivo. «¿Quién destituye al entrenador del equipo después de ganar la Champion?». Otra cosa es que Cabello insiste en abrir un debate en torno al Carnaval para revitalizar tanto las bases como incluso los formatos. Sobre la relación de director y diseñadores, tensas por la advertencia del cumplimiento de las bases, el concejal recuerda que los creadores de los trajes pidieron ser estrictos con las normas frente a la flexibilidad que ha sido una constante en las galas anteriores en favor de las aspirantes y sus firmas patrocinadoras.

En ese reencuentro con el Carnaval, Cabello ahonda en la importancia no tanto de los artistas contratados, como Oscar D’León, La India o Elvis Crespo…, sino en el empeño de Fiestas por lograr que la gente se reencuentre con sus bandas sonoras. «Fíjate: ya tengas 25 o 45 años compartes la mayoría de las canciones del Carnaval, aunque te guste el heavy o el hip hop. Ese es el reto: devolver a los amantes de la fiesta las bandas sonoras del Carnaval».

Humberto Gonar eldia.es

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