Santa Cruz de Tenerife se prepara para un Carnaval en 2026 que sonará de manera diferente. Una de las voces más queridas y respetadas, la de la murga Desbocados, no estará en el escenario. Su director artístico, Juani Padilla, ha hecho oficial una decisión que califica como un acto de “responsabilidad” hacia una trayectoria construida con esfuerzo y autenticidad.

La noticia, comunicada a través de sus canales, ha sacudido al entorno murguero. Padilla admite que la determinación aún no ha sido asimilada completamente por el grupo. “Es un vacío difícil de explicar”, comenta en tono reflexivo, horas después de hacer público el comunicado.

La calidad por delante de la tradición

El motivo del parón no es la falta de cariño, sino un exceso de exigencia. Desde Desbocados argumentan que su nivel actual no cumplía con los estándares que ellos mismos se imponen y que su público merece. “No se trata simplemente de aparecer. Es necesario estar a la altura de lo que el Carnaval representa”, expone Padilla, descartando la opción de “participar por participar”.

Este criterio ha sido una constante en la identidad del grupo. Fuentes del mundo murguero destacan que Desbocados siempre se ha caracterizado por una filosofía que antepone el sentimiento y el trabajo bien hecho a la simple presencia. “En ese grupo se vive la murga de otra manera; tienen un compromiso real, no solo de discurso”, señala un compañero de otras agrupaciones.

El reconocimiento más allá de los premios

A lo largo de su carrera, Desbocados ha sido frecuentemente señalada como una agrupación con un talento que no siempre se vio reflejado en las finales del concurso. Según la opinión generalizada entre los aficionados, la murga tenía que esforzarse el doble que otras para obtener reconocimiento, operando siempre al margen de dinámicas más comerciales o mediáticas.

Sin embargo, para quienes los conocen de cerca, el verdadero legado de Desbocados no se mide en trofeos. Su valor reside en acciones concretas que trascienden el escenario. Se subraya, por ejemplo, su labor social, que incluye desde la recogida de juguetes para familias necesitadas hasta tener un colegio con su nombre en Gambia. “Muchos hablan de familia y solidaridad; ellos lo demuestran con hechos”, apunta un seguidor incondicional.

Un hasta pronto cantado

La despedida, por ahora temporal, no podía ser de otra manera que no fuera murguera. El último ensayo del grupo se transformó en un emotivo acto de clausura, donde la interpretación de su canción de presentación sirvió como colofón a esta etapa, con la emoción aflorando entre los componentes.

El mensaje final de Juani Padilla no es de adiós, sino de ver hasta pronto. Con la mirada puesta en el futuro, asegura que este respiro servirá para “recargar pilas y volver con más fuerza e ilusión”. El Carnaval de Santa Cruz esperará, entonces, el momento en que vuelva a sonar su himno y la familia Desbocados regrese para reencontrarse con su esencia.

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