En un comunicado publicado en la red social Facebook, el grupo ‘Ilusionistas del Carnaval’ ha expresado su descontento con la organización del concurso de disfraces, un evento que, año tras año, ha ido perdiendo la esencia festiva y familiar que debería caracterizarlo. Los miembros del grupo aseguran que, aunque han percibido esta problemática durante años, este año se ha hecho evidente que la insatisfacción no solo es compartida por ellos, sino también por todos los asistentes.
Uno de los puntos más criticados es la falta de una lista de participantes a la hora de ingresar al recinto, lo que provoca que cada representante deba buscar a sus compañeros uno a uno. “Si se solicita el DNI al inscribirse, ¿por qué no hay un listado organizado para facilitar el acceso?”, cuestionan. Además, el espacio asignado a los concursantes es considerado insuficiente; reclaman que al menos haya el mismo número de sillas que de participantes, así como mesas para cada grupo, para garantizar comodidad y funcionalidad.
El estrés se intensifica durante la organización de la “fila de salida”. El grupo señala la falta de tacto de una persona encargada de dar instrucciones a los participantes. La presión por estar listos a tiempo genera ansiedad, especialmente entre los niños, quienes se ven presionados a apresurarse sin aviso previo. “No se puede exigir que estén preparados sin establecer un horario claro”, argumentan.
Otro punto de controversia es el tiempo de espera en la rampa de salida. Los concursantes deben permanecer casi dos horas en una situación de tensión y cansancio, lo que afecta su rendimiento en el escenario. “La espera desgasta, y se corre el riesgo de que los disfraces, que son en su mayoría elaborados y pesados, se conviertan en una carga”, manifiestan. La experiencia de los niños, en particular, es de preocupación, ya que muchos sufren el agotamiento y la presión del momento.
Tras las actuaciones, el apresurado proceso de entrega de premios no ha dejado del todo satisfechos a los participantes. Aunque agradecen la rapidez, sienten que el tiempo de espera para salir del escenario es nuevamente excesivo, lo que les impide disfrutar del momento con sus seres queridos.
El comunicado también critica la falta de atención de las autoridades y de representantes políticos, señalando que solo el concejal Caraballero estuvo presente, un gesto que agradecen, pero que no es suficiente. “Nuestro concurso, aunque no llame la atención de los medios o de políticos, merece ser cuidado y respetado”, afirman.
Los miembros de ‘Ilusionistas del Carnaval’ destacan el compromiso y la dedicación que ponen en sus disfraces, que van más allá de los premios obtenidos. “Gastamos mucho más en materiales y horas de trabajo que lo que se ofrece como recompensa”, exponen, enfatizando que el verdadero valor del evento reside en el esfuerzo y la pasión de los participantes.
El comunicado concluye con un llamado a la reflexión: “Este concurso debería ser un día de celebración, no de estrés. Si no se cuida, este evento tan querido corre el riesgo de desaparecer”. La comunidad carnavalera espera que estas críticas sirvan para propiciar un cambio necesario que devuelva la alegría y la esencia a un evento que debería ser, ante todo, una fiesta.
Por fin alguien se decide hablar sobre la realidad del Carnaval.Esto pasa y mucho,ya sea en concursos,cabalgatas o en el cozo.Es horrible el trato y las horas de esperas.Ojalá esto cambié porque se ve bonito se fuera pero se sufre desde dentro
Reafirmo todo lo dicho,lo que se supone un día familiar y disfrute se ha vuelto una carrera para acabar antes,y lo mismo será en las distintas cabalgatas.Disfraz=disfrute…,y no dejaron.