Yacorán Rodríguez, a través de su alterego Encarna Vals, ha presentado la semana pasada una propuesta formal para que el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria obtenga por fin un reconocimiento explícito dentro del Reglamento de Honores y Distinciones del Ayuntamiento. La iniciativa surge en el marco del proceso de consulta pública previa abierto por el Consistorio para la revisión de esta normativa.

La propuesta plantea una enmienda de calado: incluir de forma específica a las personas y colectivos vinculados al Carnaval como merecedores de las distinciones municipales, un reconocimiento del que actualmente carecen a pesar de su impacto en la ciudad.

“Porque el Carnaval no es solo una fiesta”, argumenta Rodríguez en su comunicado, “es identidad, es arte, es economía local, es diversidad, es trabajo de muchas personas durante todo el año. Es el latido de Las Palmas de Gran Canaria”. Con esta premisa, se busca equiparar el mérito carnavalero al de otros ámbitos ya reconocidos, como el cultural, deportivo o social.

Un vacío histórico que busca ser llenado

La iniciativa pone el foco en una paradoja que lleva décadas instalada en la ciudad: mientras el Carnaval se erige como la fiesta grande, capaz de movilizar a miles de personas y generar una ingente actividad económica y cultural, el marco regulatorio que rige los honores municipales no lo contempla como un ámbito digno de distinción oficial.

“Durante décadas, miles de carnavaleros, diseñadores, murgas, comparsas, drags, maquilladores, técnicos y comunicadores han dejado el alma en esta celebración”, recuerda la concejala, subrayando la dedicación y el talento que sostiene la fiesta a lo largo de los doce meses del año.

Reconocer el Carnaval es reconocer a la ciudadanía

El núcleo de la propuesta es claro y contundente: “reconocer el Carnaval es reconocer a la gente que hace ciudad”. El objetivo es que el nuevo reglamento permita honrar a quienes, desde cualquier faceta, contribuyen a mantener viva esta tradición única, otorgándoles un espacio en el sistema de honores al mismo nivel que otras figuras destacadas de la vida local.

Con esta medida, se aspira a saldar una deuda histórica con un sector que define el carácter y la proyección de la capital grancanaria. “Las Palmas de Gran Canaria debe sentirse orgullosa de quienes la representan con arte, entrega y libertad en la fiesta más importante que tenemos”, afirma Rodríguez.

La propuesta se presenta así como un “pequeño paso” con una gran carga simbólica, destinado a que el Carnaval ocupe, por fin, “el espacio institucional que merece dentro del corazón de la ciudad”. Ahora, la pelota está en el tejado del Ayuntamiento para decidir si el reglamento incorporará este legado como un pilar más de los honores municipales.

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