Un nuevo y fundamental capítulo se escribe en la historia del Carnaval de Los Realejos. Las dos murgas adultas del municipio, Trapaseros  e Irónicos, han estrenado esta semana sus flamantes locales de ensayo, tras la finalización de las obras de reforma ejecutadas por el Ayuntamiento a lo largo de los últimos meses. Un avance logístico crucial de cara a la preparación del Carnaval de 2026.

El alcalde de Los Realejos, Adolfo González, acompañado por la concejala de Fiestas, Isabel Socorro, realizó la primera visita oficial a estos nuevos espacios, donde pudo constatar in situ el resultado de las obras. Durante el recorrido, el primer edil quiso agradecer personalmente a ambos colectivos “la paciencia y predisposición que han mostrado, entendiendo los inconvenientes propios de los plazos para la redacción, contratación y ejecución de estos proyectos públicos a cargo del consistorio“.

González destacó que estas obras se han visto complementadas “con labores de acondicionamiento y decorado por parte de los propios componentes, resultando amplios espacios con mejores condiciones que los que disponían hasta el momento para los ensayos”.

Un esfuerzo técnico municipal al servicio de la cultura carnavalera

El regidor realejero no pasó por alto el trabajo realizado por el personal técnico municipal. Remarcó especialmente “el trabajo de la Unidad de Proyectos y Obras, la Gerencia Municipal de Urbanismo y Edificios Públicos, así como al área de Contratación“, subrayando que “de la tarea de todos estos departamentos trabajando a una se ha podido hacer realidad la demanda de estos dos numerosos grupos carnavaleros”.

Con esta actuación, la institución local respalda decididamente a unas agrupaciones que, según el alcalde, “son bandera de Los Realejos y que, especialmente en los últimos años, se han convertido en baluarte del Carnaval de toda Canarias“.

Un impulso para 2026

La dotación de estos nuevos locales, más amplios y mejor equipados, supone un impulso vital para Trapaseros e Irónicos. Estos espacios no solo son el taller donde se forjan las críticas, la música y el ingenio que luego deslumbrarán en el coso, sino también el punto de encuentro donde la tradición murguera se mantiene viva. Con las obras ya finalizadas, ambas murgas pueden ahora centrarse plenamente en su objetivo: preparar a conciencia lo que promete ser un Carnaval 2026 que, sin duda, llevará una vez más el nombre de Los Realejos a lo más alto.

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