Muchos son los secretos que atesora Sara Cruz Teja, la reina del Carnaval antes del covid, y en su mayoría vinculados a la fiesta de la máscara: desfiló tres veces en la gala de la reina infantil -en una de ellas quedó primera dama-, una experiencia que repitió ya en la modalidad adulta en 2020, y ganó. Fue el premio al tributo que le quiso rendir a su abuela Lali Sierra, referente del nuevo Carnaval, fundadora de Chaxiraxi.

«Sara es la nueva concursante de La casa de los secretos. Tiene 20 años y es de Santa Cruz de Tenerife. Estudia marketing y publicidad y se dedica al mundo del modelaje. ‘En 2020 decidí presentarme a Reina del Carnaval porque a mi abuela le detectaron Alzhéimer y para ella era una ilusión verme en el escenario. Al final el homenaje fue por todo lo alto y logré alzarme con el cetro». Esta es la tarjeta de presentación que incluye Telecinco en su página web para dar cuenta de la entrada de Sara Cruz Teja a la segunda edición del programa de televisión que dejó atrás el archiconocido reality show de Gran Hermano.

La soberana del último Carnaval antes del covid llega a televisión pisando fuerte. Ya en la web oficial del programa desvela su hoja de ruta en el programa, después de reconocer que apenas había seguido este programa que navegado entre audiencias desiguales hasta que la dirección del programa, María Zambrano, decidió llevar a Secret Story a Belén Esteban, Carmen Lomana o Isa Pantoja, entre otros. «Mi objetivo es vivir al máximo la experiencia y despertar a los chicos que los veo un poco adormecidos. A mí me va a venir bien para conocer gente y a ellos para tener aire fresco en la casa». Esa afirmación después de hacer constar la web oficial que Sara no tiene pareja, como si fuera otro atractivo para el programa. «He entrado más tarde, pero vengo con muchísimas ganas de disfrutar y de conocer a mis compañeros», deja claro.

Concursante de pleno derecho
La reina del Carnaval desembarca en la recta final de Secret Story, coincidiendo con la expulsión de una concursante por sanción disciplinaria acordada por el programa. Parte de la audiencia entendió que Sara iba de visitante y, tras la expulsión, ha sido incluida como concursarte de pleno derecho. Eso sí, en su caso no podrá optar a los 50.000 euros de premios que se dará a aquellos concursantes que lleguen hasta el final del programa sin conocer el secreto que atesora, al margen del premio reservado para el ganador de la segunda edición del espacio televisivo Secret Story.

Sara Cruz lleva el Carnaval en vena. Nació en el seno de una familia que ha contribuido a engrandecer la fiesta de la máscara, caso de su abuela paterna, Lali Sierra, presidenta y fundadora de la agrupación musical Chaxiraxi y uno de los máximos exponentes del participación ciudadana, tanto en el barrio de Los Lavaderos, con la elaboración de las cruces, como en los concursos de trajes típicos o comidas típicas en el marco de la Fiestas patronales de Mayo.

Homenaje a su abuela
Hasta que le visitó el Alzhéimer. Ese día Sara decidió rendirle tributo a su abuela, y se presentó a reina. Cuando la vio con el cetro, no recordaba el nombre de su nieta, pero sabía que era sangre de su sangre y que estaba ante la reina del Carnaval. «La vi muy feliz y muy contenta. Me dijo que estaba muy guapa y que mi fantasía era preciosa», recordaba su nieta.

2020 no fue la primera vez que Sara se subía a desfilar a una gala de elección de la reina. El hecho de que su abuela se encargara de llevarla y recogerla del colegio para facilitar que sus padres –David y Virginia– pudieran conciliar la vida laboral con la familiar hizo que Sara se criara en el ambiente que caracteriza al mercado de La Salud, donde habita el grueso de la gran familia del Carnaval a la que pertenecen directamente más de 9.000 personas.

De pequeña, Sara se presentó en tres oportunidades en la gala de la reina infantil: 2007, 2009 y 2011. Con siete años –en 2009– se da la paradoja de que la nieta de Lali Sierra que hoy está en Secret Story es elegida primera dama del espectáculo de la cantera con la fantasía Melodía de ilusión. Mi Carnaval ya llegó, de Ángel González Ramos. Ese mismo año el título de la reina infantil lo gana Daida Rodríguez García, con la creación Dime, mami… ¿esto es un sueño?, de Sedomir Rodríguez de la Sierra, el mismo diseñador que le prometió en aquella gala que cuando fuera grande la convertiría en su candidata para aspirar al cetro adulto. Y así ocurrió aquella noche del miércoles 19 de febrero de 2020, cuando entre 16 candidatas, escuchó: «Reina del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, señorita Sara Cruz Teja, con la fantasía Sentir, de Sedomir Rodríguez de la Sierra, en representación del Centro Comercial Alcampo. Dos años después, reina en la tele.

Humberto Gonar eldia.es

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