El mundo del carnaval no está exento de controversias, y la más reciente ha surgido entre una candidata a reina y su diseñadora, Ana Portocarrero. La disputa, que ha escalado a redes sociales, gira en torno a la propiedad intelectual de una fantasía que la diseñadora decidió llevar al carnaval de Maspalomas sin consultar previamente a la candidata que la lució originalmente en Los Llanos de Aridane.

Laura Pérez, la candidata afectada, expresó su malestar en una publicación de Facebook: “No soy yo la que se presentará, pero sí es mi traje”. La joven explicó que varios de sus patrocinadores se sienten decepcionados, ya que aportaron fondos para la creación de la fantasía con la expectativa de que fuera exclusiva para ella. “Algunos no están de acuerdo con que se lleve a otra isla, y mucho menos con otra candidata, ya que allí saldrá con distintos patrocinadores”, añadió.

La versión de la candidata
Laura Pérez, quien quedó en segundo lugar en el carnaval de Los Llanos de Aridane, lamentó que no se le consultara para llevar el vestido a Maspalomas. “En ningún momento contaron conmigo para llevarme a mí a esa gala como dueña del traje. Buscaron otra candidata y nuevo patrocinio para un vestido que ya estaba pagado”, denunció. La candidata pidió disculpas a sus patrocinadores y expresó su esperanza de que en el futuro pueda cumplir sus sueños sin enfrentar este tipo de problemas.

La diseñadora responde
Ana Portocarrero, por su parte, defendió su decisión de llevar el diseño a Maspalomas. “La organización del carnaval de Maspalomas se puso en contacto conmigo para llevar mi trabajo allí”, explicó. La diseñadora aclaró que su única condición fue que la candidata fuera elegida por la organización. “Acepté la propuesta porque me interesa como diseñadora dar a conocer mi trabajo”, añadió.

Portocarrero también reveló que tuvo conflictos con Laura Pérez y su madre desde el inicio del proyecto. Aseguró que el 90% de la estructura del traje estaba terminada cuando surgieron los problemas económicos. “La familia de la candidata reunió 6.000 euros para el diseño, pero no aportó nada por el trabajo que yo realicé durante seis meses”, afirmó. La diseñadora lamentó haber invertido dinero de su propio bolsillo y tiempo no remunerado en la creación de la fantasía.

Un debate recurrente
Esta polémica reabre un viejo debate sobre la propiedad intelectual de los diseños de carnaval, que son considerados obras de arte y, por tanto, están sujetos a derechos de autor. Ana Portocarrero insistió en que su compromiso con Laura Pérez era exclusivo para el carnaval de Los Llanos de Aridane. “Una vez terminado el carnaval, el traje regresó a mi local, y no lo reclamaron hasta que lo llevé a Maspalomas”, explicó.

Este no es el primer caso de controversia en el mundo del carnaval. En 2022, el diseñador Yosue Riverol protagonizó una polémica similar cuando decidió ponerse el traje de su candidata, Carolina Díaz, después de que ella sufriera un ataque de ansiedad que le impidió salir al escenario. Aunque el caso llegó a los juzgados, la denuncia contra Riverol fue archivada.

La diseñadora Ana Portocarrero y otros profesionales del sector, como Yosue Riverol, han expresado su frustración por la falta de respeto y apoyo que reciben en estas situaciones. “Los diseñadores no somos nada”, lamentó Riverol, quien destacó que la fantasía es propiedad de su creador. Portocarrero, por su parte, concluyó: “Estamos cansados de soportar estas faltas de respeto y humillaciones”.

Esta polémica no solo pone en evidencia las tensiones entre diseñadores y candidatos, sino que también plantea preguntas importantes sobre los derechos de propiedad intelectual en el mundo del carnaval, un escenario donde el arte, la pasión y los intereses económicos a menudo chocan.

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