Asegura que las acusaciones que se realizaron contra él lo han destruido personal y profesionalmente. Aunque parece que ya todo ha acabado, pues la Fiscalía Provincial ha archivado la investigación sobre el expediente de la contratación de Juan Luis Guerra y el grupo Orishas para el Carnaval de Santa Cruz 2019, denunciado por Unidas Podemos y por el que el PSOE, cuando estaba gobernando, abrió una investigación interna en el Ayuntamiento, el productor artístico que se encargó de la negociación para traer al cantante teme que no pueda recuperar su vida, que no pueda volver a trabajar.

Hace un año, su nombre comenzó a aparecer en algunos medios de comunicación y en las redes sociales como uno de los protagonistas del expediente de contratación del cantante Juan Luis Guerra para su actuación en el Carnaval de 2019, denunciado por el PSOE y por Unidas Podemos por “supuestas irregularidades”. Vertieron acusaciones contra CC y PP, contra la entonces edil de Fiestas, Gladis de León, contra funcionarios, contra Radio Club y contra usted, que fue quien se encargó de la gestión para traerlo. El caso terminó en los tribunales pero, finalmente, la Fiscalía Provincial ha archivado la investigación. Parece que ya todo ha acabado. ¿Cómo está?

Si le soy sincero, tengo dolor de cabeza. Cuando las cosas salen bien no muestro una alegría desmesurada. No soy una persona efusiva, es un defecto que tengo. Pero ya puedo respirar tranquilo y mi familia también. Sí, todo ha terminado, pero este ha sido un año muy duro. Lo he pasado muy mal. Me han destruido personal y profesionalmente. He sentido que se me paraba la vida. No quería salir a la calle y si lo hacía, me ponía una capucha. También he sentido miedo, pues yo no sabía si podía acabar en la cárcel, a pesar de no haber hecho absolutamente nada. Tras 36 años de duro trabajo, se me acusó de ladrón, de robar dinero público. Ya tengo casi 60 y nunca he robado a nadie. Lo único que he hecho es trabajar e intentar hacerlo lo mejor posible, solo eso. Lo único que hice para aquel Carnaval y para esta ciudad fue traer a Juan Luis Guerra.

Para aquellos que todavía no lo conozcan, ¿quién es Alfredo Moré Silva?

Desde hace unos 14 o 15 años me dedico profesionalmente a la contratación de artistas. He realizado colaboraciones con Radio Club, con la Obra Social de Caja Canarias, con prácticamente todos los ayuntamientos de esta Isla y, también, con consistorios de la Península, entre otras entidades. Entre los artistas que he traído se encuentran, por ejemplo, Lucrecia, Raimundo Amador, Martirio, Habana D’Primera, la Orquesta Van Van, Gilberto Santa Rosa, Sofía Reyes, Olga Tañón o Gente de Zona. La lista es inmensa. Colaboro con las oficinas de las grandes estrellas en América. Llevo trabajando desde que soy un muchacho, primero, como bailarín profesional y, después, en la contratación de artistas. Yo nací en Cuba y allí estudié Danza. Tuve la suerte de tener grandes maestros y de desarrollarme profesionalmente. Formaba parte del ballet de Tropicana, con el que he recorrido buena parte del mundo: Francia, Alemania, Italia, Mónaco, Japón… Hice programas de televisan con Celia Cruz y he trabajado aquí, en España, por ejemplo, con Norma Duval y la familia Flores. Tuve la suerte de adquirir muchos contactos y de colaborar con muchísimas oficinas de artistas. Llegó un momento en que me dije que ya no podía seguir bailando, pues todo tiene un comienzo y un final, por lo que en Madrid me especialicé en la contratación de artistas. Finalmente, decidí vivir en Tenerife y trabajar desde aquí. Lo último que hice fue gestionar el concierto de Juan Luis Guerra para el Carnaval de Santa Cruz, tal y como me lo solicitaron. Después de hacer un gran trabajo, porque traer artistas a Canarias de esta envergadura no es fácil, y que estaba enfocado a servir a la comunidad en la que vivo, a beneficiarla, me veo en una noticia difamatoria. Así comenzó mi pesadilla.

¿Y cómo ha vivido esa pesadilla durante todos estos meses?

Yo me enteré de que determinados políticos y determinados medios de comunicación, como el periódico Diario de Avisos, me estaban tratando como un delincuente a través de una llamada que me hizo, desde Miami, el que fuera manager de Celia Cruz. Mi nombre empezó a aparecer en las redes sociales. No te sientes bien cuando te pasa algo así. Yo no he robado nunca a nadie. Yo no conocía a los políticos que hablaban de mí, ni al señor de Unidas Podemos (el edil Ramón Trujillo) ni a la que era alcaldesa (la socialista Patricia Hernández), ni a los que dirigen el periódico Diario de Avisos ni al periodista que escribía sobre mí sin contrastar la información. Pero es que tampoco tengo relación con otros políticos, mi mundo es la cultura y a ella me dedico y, cuando me piden un trabajo, pues yo lo hago lo mejor que puedo. Han sido unos meses muy complicados, me han destruido. Me han cerrado puertas. He sentido una gran decepción. Lo único que hice fue traer a un artista que consiguió congregar a más de 350.000 personas, generando también economía para el sector comercial y de la restauración de la ciudad. Fue gracias a mí y, sin embargo, me han tratado como un ladrón. Yo me he llegado a preguntar si molesta el hecho de ser negro con poquitos estudios. La gente que me conoce me dice que no diga esto, pero es que estoy un poco harto. Yo no le he ido a pedir ayuda a nadie, siempre he estado trabajando. No tengo millones, ni terrenos, ni coche. Vengo de una familia pobre y moriré siendo pobre, porque yo no trabajo para hacerme rico. Es que ha sido muy, muy duro que me acusen de ladrón, de prevaricación, de llevarme dinero público. Aún no lo he asimilado, aunque ya haya pasado todo.

Ha dicho que también sintió miedo, ¿por qué?

Cuando tuve el primer contacto con mis abogados, a los que tengo que agradecerle muchísimo su apoyo y todo el tiempo que me han dedicado, mi principal preocupación era si podía terminar en prisión. Yo sabía que no había hecho nada, que todo estaba en regla, pero no puedes evitar ese temor. Estábamos hablando de dinero público y yo no controlo los temas legales. Y los temas políticos, no los escucho. A mi me dijeron que tenía que cumplir unas condiciones y normas y presentar determinada documentación, y así lo hice. Todo estaba correcto. Pero cuando estalla todo esto, te sientes perdido. Se te para la vida. Yo tengo un hermano enfermo y mis padres ya han fallecido, por lo que él depende de mí. Yo solo pensaba en mi hermano, en quién se encargaría de él si yo no estaba. Claro que sentí miedo. Afortunadamente, conté en todo momento con el apoyo de mi familia, de mis abogados y también de Radio Club, que son unos profesionales.

También ha dicho que las acusaciones vertidas contra usted le han cerrado puertas…

Insisto en que ha sido un año de sufrimiento y muy duro, en el que, además, no he podido trabajar. Pero no solo debido a la pandemia por el coronavirus Covid-19, sino también porque esto me ha cerrado puertas, sutilmente, pero me las ha cerrado. Yo tenía contrataciones pendientes, pero después de salir relacionado con este asunto, no me cogían el teléfono. En Canarias soy el único que realiza este trabajo y, claro, no paso desapercibido. Aquí no encontrarás personas de color llevando este tema, solo yo.

¿Y cómo ha sobrevivido sin poder trabajar?

Afortunadamente, a mí me ayuda mi familia, que la tengo repartida por diferentes partes del mundo, como México o Italia. Además, gracias a Dios, yo soy una persona que siempre me he planificado muy bien. Vengo de una cultura y nací en un país, Cuba, donde, gracias a Dios, también, se vive, se come y se es feliz con muy poco. No hace falta tener millones para poder comer un plato de arroz y frijoles. Lo que sí me ha costado es sobrevivir anímicamente, porque he estado muy mal. Después de 36 años trabajando sin haber tenido ni un solo problema, sin que ningún artista se haya quejado nunca de mi trabajo, me pasó esto. De repente, ponen una foto tuya en un medio de comunicación sin tu permiso. Yo no soy un persona pública, no soy nadie, solo un proveedor que se encarga de la contratación de artistas. Es que han llegado a decir hasta de dónde sale este, quién es él para encargarse de este trabajo.

¿Cómo ha llevado su familia esta situación?

Han estado muy preocupados por mí. Mi tío, de 80 años, se enteró por su nieto que vive en Miami y enseguida me llamó. Lo único que me dijo es que siempre recordara lo que me decía mi madre, que somos negros, pobres, pero honrados. Si mi madre estuviese viva, le hubiese dado otro infarto.

¿Ha llegado a llorar?

Llorar no, pero he sentido mucha impotencia. Hay cosas que te pasan en la vida y gente que no se merecen derramar ni una sola lágrima. He sentido una gran decepción y, también, dolor. Uno se pregunta qué ha hecho para que te traten así, para que se inventen tantas cosas, para que destrocen tu vida sin motivo alguno. He estado muy, muy disgustado y pensando en esto todos los días.

En algunas informaciones sobre usted se ha llegado a decir que cobró demasiado por gestionar para el Ayuntamiento de Santa Cruz la contratación de Juan Luis Guerra.

Eso es no tener ni idea de lo que es este mundo. La contratación de un artista conlleva muchos gastos, son muchos asuntos que se deben resolver y gestionar, como la logística, escenario, luces, estancias, billetes de vuelo. En numerosas ocasiones, el cantante puede venir de un lugar y su banda de otros puntos del mundo. Y, además, cada artista tiene su caché. A esto se suma que cuando traes a cantantes internacionales, tienes que trabajar con oficinas que no tienen tus horarios. Cuando aquí son las seis de la tarde, allí están empezando a trabajar y muchas veces te ves a las doce de la noche que aún sigues gestionado la contratación. Asimismo, se debe tener en cuenta que es muy difícil traer artistas a Canarias. Esto no es tan sencillo. Lo que yo cobro está estipulado, ni más ni menos. Lo que gano es en función del trabajo que realizo. Para conseguir a Juan Luis Guerra, el esfuerzo fue muy grande, pero la verdad es que me he preguntado cada día si realmente valió la pena.

¿Siente rencor contra los que lo acusaron, contra los que hicieron su nombre público?

Yo todavía hoy me estoy preguntando por qué esos políticos te usan con el único objetivo de perjudicar a otros políticos o de ganar votos. Me sigo preguntando por qué los periodistas que hablaban de mí de esa manera no contrastaban la información. Por qué decían barbaridades sin conocerme sin hablar conmigo. Yo solo soy un proveedor que presta un servicio, solo eso, y pusieron mi foto. No soy una persona pública.

Si los tuviera delante, ¿qué les diría a esos políticos y a esos medios de comunicación que hablaron de usted, que lo acusaron de participar en un expediente de contratación supuestamente irregular?

A los periodistas del Diario de Avisos y de alguna televisión local les diría que contrasten sus informaciones. No todo vale para tener más lectores, más suscriptores. Y a los políticos también les digo que no todo vale para ganar votos, para desprestigiar a sus adversarios; no se puede destrozar la vida de una persona sin más. Tanto unos como los otros me parecen mediocres. Insisto en que yo solo era el proveedor que había gestionado la contratación siguiendo las directrices del Ayuntamiento, como he hecho en muchísimas ocasiones también con otros consistorios. Es que no sé qué había de diferente en esta ocasión para hacer tanto daño gratuito. ¿Es que acaso estos políticos y periodistas, cada vez que quieran, pueden venir a destruir la vida de una persona sin contrastar una información, sin asegurarse?.

¿Qué ha sido lo peor de todo este proceso?

Todo. Me trataron como a un delincuente. Nunca me imaginé que me fueran a decir que era un estafador. A esto se suma que llegaron a mandar a la policía a mi casa. No le deseo a nadie por lo que he tenido que pasar. Me preguntaba cada día qué había hecho. Repasaba una y otra vez las facturas. Pero ahora mismo me preocupa Google. Necesito que se limpie toda la información que apareció sobre mí, porque ha quedado demostrado que era mentira. Es que puede ser que vaya a realizar algún tramite y me digan que yo tuve problemas con la justicia, o puede ser que viaje a Estados Unidos, que lo hago mucho, y allí tenga problemas. No sé si podré volver a tener trabajo si mi nombre sigue empañado con esto. Insisto en que todo lo que se ha dicho de mí me ha destruido personal y profesionalmente. No sé cómo me voy a recuperar, cómo volver a ganarme la confianza de las oficinas de artistas con las que trabajaba, fundamentalmente, las de Madrid, Nueva York y Los Ángeles. Además, hay personas que leen este tipo de noticias y ya te ven como un inmigrante que ha robado. He pasado muchas noches sin dormir, dándole vueltas a la cabeza. Esto ha sido muy injusto, no había necesidad de este sufrimiento, ninguna. Mis padres, que eran muy humildes, me dieron una educación muy modesta y sencilla. Gracias a ellos y a mis abuelos pude estudiar y tener una vida profesional muy buena. Y todo esto ha ensuciado mi trayectoria, sin tener nada que ver con la política ni con ese mundo.

¿Tomará medidas legales?

Es algo que estoy estudiando con mis abogados. Pero quiero que todo vuelva a la normalidad y que mi nombre solo aparezca relacionado con el mundo de la cultura y del baile, y con la contratación de artistas, que es a lo que me dedico. Quiero recuperar mi vida y poder seguir trabajando. De momento, debido a la pandemia, todo está muy parado, aunque yo tengo mis proyectos. Pero insisto, ya puedo respirar tranquilo porque se ha hecho justicia. Mi familia también puede dejar ya de estar preocupada. Deseo que todo esto pase porque, vuelvo a repetir, ha sido muy duro, ha habido mucho sufrimiento e impotencia durante todo este proceso.

Eloísa Reverón

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