La concejala de Aguas y Carnaval, Inmaculada Medina, aboga por un modelo de ciudad que armonice la actividad cultural y el descanso de los residentes, rechazando que la vida en la capital grancanaria deba apagarse a las 10 de la noche. En una defensa firme del ocio como motor económico y social, la también presidenta de la Sociedad de Promoción afirmó: «Esta ciudad no puede ser una ciudad que a las 10 de la noche acabe todo», subrayando la obligación de «buscar ese equilibrio» mediante medidas correctoras y un control efectivo del espacio público.
Medina reconoció el aumento de la «vida diurna» en la ciudad, pero reivindicó el derecho de la ciudadanía a disfrutar de la noche dentro de un marco de reglas claras. «No todo puede ser trabajo o tristeza», sostuvo la edil, partidaria de ofrecer conciertos y actividades gratuitas en espacios abiertos para llegar a todos los públicos. Este enfoque, sin embargo, va acompañado de la firme determinación de hacer cumplir las normativas, las sentencias judiciales –como el Acuerdo de Santa Catalina de 2015– y los acuerdos de convivencia. La estrategia pasa por un control riguroso del espacio público tras el cierre de los locales para evitar la formación de botellones. «Vamos a intentar conciliarlo», insistió, convencida de que el ocio regulado genera empleo y dinamiza la economía local.
Un Carnaval con horarios y espacios definidos
Esta filosofía se traslada a la organización del próximo Carnaval. La edil desglosó el plan para compaginar la celebración con el descanso vecinal: el carnaval familiar y diurno se mantendrá en el entorno de Santa Catalina y su trasera, mientras que el circuito nocturno se concentrará en fines de semana «en horario ya a partir de las 9 de la noche».
Para una gestión ordenada, la fiesta se segmentará por edades en diferentes zonas: el Refugio, el entorno del Mercado, Agustín Millares Sall, Plaza de La Luz y Manuel Becerra. Medina aclaró que la programación real del Carnaval se concentra en «dos fines de semana intensos», desmarcándose de la idea de «un mes y medio de fiesta» continuada. Además, recalcó que todos los eventos contarán con planes integrales de seguridad, movilidad y asistencia sanitaria para garantizar el desarrollo tranquilo de las fiestas.
La apuesta de Medina queda clara: una ciudad vibrante que no renuncia a la noche, pero que basa su dinamismo en el orden, el cumplimiento de la ley y el respeto a los vecinos.