Drag Ármek (Llomar Miranda) se estrenaba este año en la gala de reinonas del Carnaval Internacional de Maspalomas, dedicado a la magia, y lo hizo por todo lo alto, llevándose el cetro. Pero lo suyo no es ni mucho menos fruto de un golpe de suerte. Tras esa divertida y un poco loca puesta en escena vinculada al Joker, hay mucho sacrificios y muchas ilusiones, las de un joven de 25 años de Jinámar, en Telde, que confiesa que desde niño quiso llegar hasta donde está ahora, en el imperio drag.

¿Y por qué el Joker? «Porque me siento un poco reflejado en el Joker, a mí me gusta llevar la masculinidad al drag; en el mundo drag siempre suele ser todo muy femenino, pero soy un poco lo contrario. Me gusta jugar un poco con los roles de género, pero me identifico más con el masculino».

«Tanto mi equipo como yo confiábamos en el número»
Llomar Miranda González iba este viernes de entrevista en entrevista, pero no se le veía agobiado. «Estoy súperfeliz, las recibo con los brazos abiertos porque estoy ‘privao’», reconocía en conversación con este periódico.

Parece casi que estaba preparado para este momento. Intuía que podía llegar. «Tanto mi equipo como yo confiábamos mucho en el número y en el currazo que nos hemos pegado». Tenía una baza a su favor. La había escenificado en otras galas y había funcionado. De hecho, logró podio en la de Las Palmas de Gran Canaria de este año y en la de Telde. Pero esta vez había un pero. «Teníamos un poco el miedo de que prácticamente abríamos la gala y el jurado se podía olvidar de mí».

El temor era infundado. El Joker hizo el jueves su magia y conquistó frente a otros 11 aspirantes la gala que se celebró en el Centro Comercial Yumbo con la fantasía ‘Es cosa mía…¿O el mundo cada día está más loco?’. En poco más de tres minutos explotaron un intenso trabajo que, como cuenta Miranda, arrancó desde los tiempos en que España entera echó el cierre por la covid.

Un espectáculo basado en una experiencia personal
Es el resultado de la implicación de unas 25 personas y del tesón y la constancia del propio Llomar, al que tampoco la vida se lo ha puesto fácil. No en vano, confiesa que parte del número está basado en una difícil experiencia personal. «Me pasé cuatro años con depresión, como que me iba a volver loco, no veía la hora de subirme a un escenario, lo llegué a pasar mal. Basé el número en lo que yo sentía en esos momentos de mi vida».

Y como ahora está bien, contento, lo transmite en el final de la puesta en escena, cuando se convierte en rey. «Como si fuera el rey de mi vida», precisa. «Estoy cumpliendo un sueño. Desde que era pequeño para mí los drag eran un referente. Quería estar ahí; he luchado mucho para estar aquí, así que al final, la vida es una, puedo decir que ahora mismo me siento vivo».

De profesión bailarín, imparte clases de danza urbana
De profesión es bailarín. Se dedica a impartir danza urbana en academias y a montar espectáculos, pero desde que empezó en el mundo drag, hace unos tres años, su norte es dedicarle más tiempo a su sueño. «Me he esmerado para aprender todo lo que sea posible para sacar mis shows adelante». Incluso diseño. Esta misma fantasía es fruto de su creatividad, aunque la hizo realidad junto a Arán Perdomo y Adrián Castellano.

Lleva buen camino. Sin ir más lejos, este año tiene ya la agenda llena de actuaciones. Y está pensando en el show de 2023.

Gaumet Florido Canarias7

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