Las pérdidas económicas en promoción de la ciudad y consumo que tendrá la suspensión del carnaval capitalino el próximo año alcanzarán un valor económico que se calcula en algo más de 15 millones de euros, lo que representa en torno al 0,2% del Producto Interior Bruto per cápita de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Nadie duda de la idoneidad de la medida adoptada este miércoles por el Ayuntamiento, dada la crisis de la Covid-19 en la sociedad canaria, pero su rastro económico también será profundo en todos los órdenes.

El impacto indudable será en el sector de la restauración. El presidente de la Asociación de Empresarios de Bares, Cafeterías y Restaurantes de Las Palmas, Fermín Sánchez, asegura que la cancelación de los carnavales son «la puntilla» a un año horrible que se ha caracterizado por la reducción del turismo, los cierres por el confinamiento o la falta de cruceros, que se han dejado notar en las cajas de los establecimientos del sector de la restauración.

«Muchos negocios de la ciudad casi salvaban el año con los carnavales y además se contrataba a gente porque había días en el trabajo se prolongaba casi veinticuatro horas», expuso.

Aseguró que la federación no dispone de datos concretos pero no dudó en calificar de «brutal» el nivel de pérdidas. Hay que tener en cuenta que un día de carnaval puede disparar la actividad de un bar «entre un 300% y un 400% respecto a lo que se considera un día normal».

Pocas ayudas
Asegura que la situación de la hostelería es caótica y lamenta que las autoridades canarias no hayan habilitado ayudas económicas para estos negocios, como sí se ha hecho en otras comunidades autónomas como Navarra, que ha puesto sobre la mesa un paquete de ayudas de hasta diez millones de euros.

«Aquí lo único que han hecho es suspender la tasa de ocupación de la vía por las terrazas, pero hemos reclamado la exención del IBI, el IAE o la bajada del IGIC pero no hay no hay ningún tipo de ayuda», añadió. Por si fuera poco, critica al Ayuntamiento porque «sigue sin ceder más espacio público de forma que podamos compensar la limitación de aforo». Sánchez asegura que el Consistorio «no contesta a nuestras peticiones».

El sector textil también sufre. El gerente de El Kilo de San Bernardo, Rubén del Rosario, también indicó que «se va a notar» la suspensión de la fiesta. Este comercio, que trabaja el sector textil desde los años sesenta, suele atender las necesidades de los grupos del carnaval, así como de los diseñadores y de individuos a nivel particular. «Desde cuatro o cinco meses antes del carnaval ya se nota el trasiego. «Lo que no pudo frenar el Franquismo en los años 60 en La Isleta y en los 70, lo ha parado un virus», aseguró.

Rubén del Rosario, que también es miembro de la comparsa Baracoa, asegura que muchos grupos decidieron no hacer la inversión en el vestuario porque se veía venir la prohibición. «Ni siquiera nos hemos reunido», expuso, «los primeros encuentros los solemos hacer en verano y los ensayos los iniciamos en septiembre». Cree que era «imposible» mantener el carnaval, sobre todo después de la cancelación en Santa Cruz de Tenerife porque las dos fiestas se retroalimentan.

Otra parte del sector privado afectada por la suspensión del carnaval de Las Palmas de Gran Canaria es el de las carrozas. Según los datos consultados por este periódico, la eliminación de la cabalgata de carnaval significa que se paraliza un negocio en torno al millón de euros.

Esto forma parte de los 15 millones en los que se calcula el impacto económico de la fiesta, según el avancce de un estudio realizado por la ULPGC.

Javier Darriba Canarias7

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