La edición de la Maratón de Tenerife celebrada este 16 de noviembre vivió uno de sus momentos más vibrantes gracias a la presencia de la comparsa Los Valleiros, que volvió a demostrar su capacidad para transformar cualquier espacio en una celebración llena de ritmo, color y pasión carnavalera.
Fieles a su espíritu festivo, Los Valleiros acudieron a la cita deportiva para hacer lo que mejor saben: llenar de vida cada rincón por donde pasan. Desde primera hora, sus tambores, percusiones y coreografías aportaron un impulso adicional a corredores y público, creando una atmósfera eléctrica que convirtió varios tramos del recorrido en auténticos escenarios de carnaval.
“Su alegría era contagiosa”, comentaban algunos participantes, que aseguraron haber sentido un empujón emocional al escuchar el sonido característico de la comparsa. Para muchos atletas, exhaustos entre el sudor y los kilómetros, la aparición del grupo supuso un momento de alivio y motivación. “Recordaron que esta isla late distinto cuando suena la música”, describió un espectador.
Los tambores marcaron mucho más que el compás: dibujaron sonrisas. Sus colores no fueron simples elementos del vestuario, sino una especie de “gasolina emocional” que reavivó el ánimo de quienes se enfrentaban al reto de la maratón.
Lo que comenzó como un acompañamiento musical acabó convirtiéndose en un complemento indispensable de la jornada. Como bien destacaron algunos presentes, “Valleiros no animó la maratón: la convirtió en fiesta”.
Desde la propia comparsa agradecieron las muestras de cariño y el reconocimiento que recibieron tanto de los corredores como de la organización del evento, celebrando también la difusión del emotivo vídeo que recoge su participación.
Con acciones como esta, Los Valleiros reafirman su papel como uno de los colectivos que mejor representan el espíritu del carnaval tinerfeño, demostrando que su esencia no entiende de fechas ni límites: siempre que suenan sus tambores, la isla baila.