Juan José Monzón, presidente y director de la histórica comparsa Los Rumberos, ha salido al paso de las críticas que señalan a los grupos del Carnaval como responsables de los problemas de aparcamiento y ruido en el barrio de La Salud. “Como santacrucero y carnavalero con casi 66 años a mis espaldas, no estoy de acuerdo con que se nos eche la culpa”, afirma con rotundidad.
El veterano dirigente defiende que las actividades de su agrupación terminan, como mucho, a las 23:00 horas y siempre se realizan dentro de sus salones. “¿Ahora molestamos?”, se pregunta. En su opinión, el origen de los problemas de movilidad y estacionamiento no está en los grupos carnavaleros, sino en la falta de previsión urbanística de las instituciones.
Monzón apunta directamente a las recientes remodelaciones del parque Las Indias y el campo de fútbol de La Salud, donde, asegura, se perdió una oportunidad clave para crear aparcamientos subterráneos. “¿Por qué no hicieron aparcamientos de varios niveles hacia abajo y en la parte alta el campo o el parque correspondiente?”, plantea. También propone que se aproveche el terreno de la iglesia o el campo San Joaquín para soluciones similares.
Para el presidente de Los Rumberos, está claro: “No somos culpables de la falta de aparcamientos, y eso se tenía que haber previsto antes de la raya amarilla que ahora afecta a los vecinos”. Esa referencia al pintado de nuevas líneas que han reducido las plazas disponibles en el barrio resume el malestar compartido entre vecinos y colectivos sociales.
Respecto al ruido, Monzón admite que es un tema sensible, pero insiste en que no se puede generalizar. “Creo que cada director debe guiar a su grupo para que sepa dónde está la línea de lo correcto e incorrecto”, señala. Recuerda que la mayoría de agrupaciones cumplen con los horarios y realizan sus ensayos bajo las normas establecidas.
El líder de Los Rumberos también lamenta que, en lugar de fomentar el entendimiento, se tienda a señalar a los grupos del Carnaval como chivo expiatorio. “Ensayamos en nuestros locales, ajustándonos a la normativa. Somos parte del patrimonio cultural de Santa Cruz, no una molestia”, defiende.
Monzón propone, en todo caso, abrir un espacio de diálogo con las autoridades municipales y vecinales para establecer reglas claras que concilien la actividad cultural con el descanso vecinal y las necesidades de movilidad. Mientras tanto, él y su comparsa seguirán marcando el ritmo de un Carnaval que, insiste, también pertenece al barrio de La Salud.