El concejal de Fiestas del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Javier Caraballero, explicó en el programa de Manuel Artiles en Mírame Canarias los motivos por los que el televoto ha desaparecido de las galas del Carnaval, una decisión que había generado debate en los últimos días.
Durante la entrevista, Caraballero quiso dejar claro que no fue una iniciativa personal, sino una petición prácticamente unánime de los propios diseñadores de fantasía. “Ha habido cuatro galas con votación popular directa, que suponía un 15% del resultado final. Siempre fui partidario de aumentarlo, incluso defendí que pudiera llegar al 50%. Pero lo cierto es que los diseñadores nunca han estado de acuerdo con esa fórmula”, explicó.
El edil recordó que ya en años anteriores existía un sector importante de diseñadores contrarios al televoto, hasta que en esta edición “prácticamente el 100% de ellos pedía eliminarlo”. Según expuso, la razón principal es que los profesionales consideran que los trajes deben ser evaluados por jurados expertos, quienes tienen acceso directo a las fantasías en los camerinos y pueden apreciar detalles imposibles de captar por televisión.
En este sentido, Caraballero subrayó que la eliminación del televoto responde a la voluntad del colectivo de diseñadores, y no a una decisión política. “Los diseñadores entienden que solo un jurado profesional puede valorar de manera justa el trabajo y el esfuerzo que hay detrás de cada fantasía”, insistió.
No obstante, el concejal adelantó que se está trabajando en nuevas fórmulas para que el público recupere un espacio de participación en futuras galas. “Queremos buscar un mecanismo que permita que la gente pueda sentirse parte del espectáculo, pero sin restar rigor a la valoración artística de los trajes”, señaló.
La polémica en torno al televoto refleja la tensión entre la necesidad de preservar la calidad técnica en la valoración de las fantasías y el deseo de mantener la implicación del público, un equilibrio que, según Caraballero, sigue siendo uno de los principales retos de la organización del Carnaval