Imagine un traje de Reina del Carnaval que cambia de color con cada “me gusta” en redes sociales, que monitoriza las constantes vitales de la candidata o que alerta sobre condiciones ambientales adversas. Esta visión futurista ya es una realidad gracias al trabajo desarrollado por el Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) Las Indias, cuyos prototipos inteligentes podrían transformar la próxima edición de la fiesta chicharrera.
Bajo la dirección de los profesores Fabio Cruz Acosta y Samuel Rodríguez, estudiantes de los ciclos superiores de Vestuario a Medida y de Espectáculo han creado tres diseños tecnológicos que rinden homenaje al legado artístico de César Manrique. “Los trajes se inspiran en distintas facetas de su obra: una figura del viento, sus característicos peces y el cartel que diseñó para el Carnaval de 1985”, detalla Cruz Acosta.
Tecnología al servicio del espectáculo
La innovación más destacada permite que el público participe activamente en el espectáculo. “Es un vestuario inteligente que responde a la interacción de los espectadores, quienes pueden modificar su iluminación y coloración mediante un ‘like’ o un mando a distancia”, explica Rodríguez. “Esto genera una experiencia única donde la barrera entre artista y público se difumina”.
Más allá del impacto visual, las prendas incorporan sensores que miden temperatura y humedad, transmitiendo los datos vía wifi a dispositivos móviles. “En un escenario, esta información puede ser crucial para el bienestar de los artistas, previniendo situaciones de riesgo por estrés térmico”, añade el coordinador del proyecto. El sistema incluso permite monitorizar las pulsaciones de quien lleva el traje, incorporando un elemento de seguridad adicional.
Compromiso con el medio ambiente
La sostenibilidad constituye otro pilar fundamental del proyecto. Los materiales utilizados incluyen botellas de plástico recicladas, botones reutilizados y tejidos ecológicos. “La estructura principal está construida con mangueras de agua que iban a ser desechadas”, revela Cruz Acosta.
Los retales textiles demasiado pequeños para su reutilización en confección encuentran una segunda vida a través de una colaboración con el IES Geneto, donde se transforman en bloques de aislamiento térmico para construcción. “Demostramos que el espectáculo puede ser sostenible sin sacrificar belleza ni impacto visual”, subraya el docente.
Trabajo colaborativo entre centros
La iniciativa ha requerido la cooperación de varias instituciones educativas. El Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) se encargó de la programación de microcontroladores y sistemas de conectividad, mientras que estudiantes de soldadura del IES Mencey Bencomo fabricaron las estructuras de soporte necesarias para estos complejos diseños.
Este proyecto educativo no solo anticipa el futuro del Carnaval, sino que forma a los profesionales que liderarán la evolución de esta manifestación cultural. La combinación de tradición, innovación tecnológica y conciencia medioambiental podría convertir próximamente a Santa Cruz de Tenerife en referente mundial de los carnavales inteligentes y sostenibles.