El posible acercamiento entre la Iglesia Católica y la Ortodoxa para unificar la celebración de la Semana Santa y la Pascua podría tener una consecuencia directa en una de las fiestas más populares: el Carnaval. Las declaraciones del obispo auxiliar de Sevilla, Ramón Valdivia, confirmando el diálogo entre ambas confesiones, han generado expectación en el mundo carnvalero, especialmente en Tenerife, donde la fiesta es seña de identidad cultural.
Valdivia, presidente de la Subcomisión Episcopal para las Relaciones Interconfesionales, señaló recientemente que la Iglesia Católica estaría “abierta” a modificar la fecha de la Semana Santa, lo que afectaría directamente a la celebración del Carnaval, cuya fecha depende del calendario litúrgico. “La Iglesia católica no tendría ningún problema en aceptar la fecha de la Pascua que propusieran los ortodoxos”, afirmó el prelado.
Origen de la divergencia y bases del diálogo
La separación entre católicos y ortodoxos se remonta al Cisma de Oriente de 1054. Desde entonces, ambas iglesias han mantenido diferencias en la celebración de festividades clave como la Navidad, la Pascua y la Semana Santa, debido principalmente al uso de calendarios distintos: el gregoriano por parte de los católicos y el juliano por parte de los ortodoxos.
El Concilio de Nicea, celebrado en el año 325 d.C., sentó las bases para determinar la fecha de la Pascua, estableciendo que esta debía coincidir con el primer domingo después de la primera luna llena tras el equinoccio de primavera. Sin embargo, las distintas interpretaciones y ajustes calendáricos han mantenido separadas ambas celebraciones durante siglos.
Implicaciones para el Carnaval
Actualmente, el Carnaval se celebra entre enero y marzo, con el Martes de Carnaval marcando su punto álgido. Este día se sitúa justo antes del Miércoles de Ceniza, que da inicio a la Cuaresma. Cualquier cambio en la fecha de la Pascua implicaría, por tanto, un desplazamiento en el calendario carnvalero.
Por ejemplo, en un escenario de unificación con el calendario ortodoxo, fechas previstas como el 17 de febrero de 2026 para el Martes de Carnaval podrían verse modificadas, alterando la planificación de eventos, actuaciones y desfiles que ya se organizan con años de antelación.
Precedentes y reacciones
Esta no es la primera vez que se plantea una reformulación del calendario de Semana Santa. En 2015, el Papa Francisco manifestó su interés en establecer una fecha fija para la Pascua, una propuesta que, de materializarse, afectaría no solo al Carnaval, sino a otras festividades móviles.
Los carnavaleros, conocedores de la importancia de mantener viva la tradición, siguen con atención estas conversaciones. Aunque por ahora se trata solo de un diálogo, la posibilidad de un cambio ha encendido el debate sobre cómo adaptar una fiesta profundamente arraigada sin perder su esencia.