De trato afable y eterna sonrisa, este “chicharrero de corazón” es bien conocido en la capital tanto por su trayectoria profesional en los sectores de la publicidad y la comunicación como, especialmente, por sus responsabilidades en el Ayuntamiento de Santa Cruz, entre ellas áreas clave como la Sociedad de Desarrollo, Hacienda, Fiestas, Turismo y Empleo. Su reciente paso a la esfera autonómica, con plaza y mando en la elite del Gobierno de Canarias, justifica sobradamente conocer más a fondo cómo es Alfonso Cabello (Santa Cruz de Tenerife, 1977).

-Ahora que representa oficialmente al Gobierno de Canarias, ¿qué queda de aquel niño que jugaba por las calles de San Andrés?
“[Sonríe ampliamente] Siempre que quiero darme un baño o comer algo acabo en San Andrés… ¡Incluso, cuando me doy un paseo, acabo en San Andrés!. Quedar, queda la curiosidad, las ganas de estar siempre aprendiendo, seguir creciendo, mirar qué hay más arriba del barranco o qué hay debajo de esa piedra. Para mí, es fundamental tener un pueblo en tu vida, porque así sabes de ese ritmo pausado, de conocer a tu vecino, de empatizar con los demás. Ser parte de una comunidad”.

-Siendo santacrucero de pro, ¿qué le tira más: el CD Tenerife o el Carnaval?
“El Carnaval. Era muy murguero hasta que llegué a Fiestas [Estuvo en dos etapas, primero como gerente y un decenio después como concejal] y tuve que apartarme, lógicamente. De mi etapa como responsable municipal me quedo con el colectivo del Carnaval. Estoy plenamente convencido que el movimiento vecinal más importante que hay en Canarias es el del Carnaval. No hay un rincón ni barrio de la ciudad donde detrás de las asociaciones no haya una comparsa, una agrupación musical… Hasta cualquier grupo folclórico está relacionado de alguna manera con el Carnaval”.

-Dígame la verdad: ¿De qué murga es?
“[Vuelve a sonreír] Bueno, supongo que ahora se puede decir: Siempre he tenido mi corazoncito con Los Diablos Locos. También con El Cabo… El Carnaval es como el fútbol, te gusta todo pero uno acaba simpatizando con algún grupo en particular”.

-Tiene estudios universitarios de Turismo. ¿Por qué no siguió en dicho sector?
“A veces me pregunto cómo he terminado aquí, pero es que el camino me ha ido llevando. El turismo me ofrecía unas posibilidades de empleo importantes en Canarias, y siempre me ha gustado organizar. Pronto me decanté por la organización de eventos, y luego lo demás fue fluyendo. Una curiosidad: Me fui a Barcelona a vivir y a trabajar en una empresa especializada en congresos y encuentros con empresas estadounidenses, pero el atentado de las Torres Gemelas se canceló todo y volví a Canarias”.

-Conoció de cerca la política trabajando en publicidad y medios de comunicación. ¿Quién le convenció para dar el salto?
“Hubo dos momentos clave. El primero fue conocer a Maribel Oñate, que me nombra gerente de Fiestas aún estando muy presente la gran labor de toda una institución como Juan Viñas. Luego vuelvo a lo privado pero en un medio de comunicación y, como dice, conozco a políticos como José Manuel Bermúdez. Un día me dijo que le hacía falta en su equipo alguien como yo. Luego, al ir profundizando, me acabé enamorando del proyecto”.

-Acabó ganándose su confianza a tal punto que en el último mandato se le consideraba el número dos del Ayuntamiento…
“Es verdad. Cada vez fue otorgándome mayores responsabilidades y los colectivos valoraban positivamente las respuestas que íbamos dando a sus problemas”.

-¿Y en el ámbito orgánico del partido?
“Nuestro secretario general, Fernando Clavijo, apreció lo que podía aportar al mismo y en la actualidad soy el secretario de Comunicación Política de Coalición Canaria y, en el ámbito local, secretario general en la asamblea de Santa Cruz de Tenerife. Los dos anteriores fueron Bermúdez y Miguel Zerolo”.

-Si su partido le hubiera pedido que fuera el candidato a la Alcaldía, ¿habría aceptado?
“No habría tenido sentido, porque el mejor candidato a la Alcaldía de Santa Cruz de Tenerife era José Manuel Bermúdez”.

-Hubo rumores de que Bermúdez podía ir al Cabildo, y usted era el favorito para relevarle en la capital. ¿Tenían fundamento?
”[Sonríe] La política es como un equipo de fútbol: El partido es como un entrenador, que algunas veces te pone de defensa, otras de delantero centro o incluso te deja en el banquillo. Pero yo no me ido de Santa Cruz. Ahora estoy en el Gobierno, sí, pero lo que quiero es que Santa Cruz venga conmigo a la acción de gobierno. Insisto porque estoy plenamente convencido: José Manuel Bermúdez era el mejor candidato. Dicho esto, es verdad que hay un momento determinado en que yo creo y pongo encima de la mesa que Santa Cruz ‘crezca’ [pide expresamente el entrecomillado], que tenga una participación más activa en el Gobierno. Ahí es donde el secretario general del partido hace crecer a Santa Cruz. Como soy muy cafetero, bromeo con los compañeros de partido de que, en realidad, he pasado de tomarme el café en la zona del Orche a hacerlo por el mercado y las casetas azules…”.

-Dicen de usted que, para ser una persona que tiene las ideas tan claras, en las entrevistas divaga mucho. Dos cualidades interesantes para ser portavoz de un Gobierno, ¿no le parece?
“[Ríe a carcajadas] “Las cosas son más complejas de lo que desearíamos, y suelo afrontar las entrevistas o las reuniones con titulares, con ideas fuerza para que se puedan llegar a conclusiones. Y para eso, en ocasionas, hay que explicar el contexto. En justa réplica sostengo que quienes están al otro lado de la mesa quieren las cosas rápidas, ir al grano, pero los temas tienen su relato, su complejidad. Es verdad que la Portavocía va de eso, de simplificar algo que es muy complejo y que no tiene una respuesta lineal. Hay que ser didáctico y transparente”.

-Su debú con el incendio ha sido tremendo. ¿Lo pasó mal?
“Hubo momentos de mucha preocupación. Pero a la hora de tomar decisiones, al sentarse había tanto a la derecha y a la izquierda técnicos de gran nivel que transmiten mucha seguridad. Nos tenemos que acostumbrar, y se ha visto en los últimos años, a que el día a día nos sorprenda con emergencias que puntualmente nos apartarán de temas que, de cualquier modo, son muy importantes y urgentes para la gestión del Gobierno. Un incendio como este claro que requiere toda la atención, pero eso no quita de preparar el inicio del curso escolar, cumplir el calendario fijado para elaborar el próximo presupuesto, etc.”.

El también viceconsejero de Presidencia avisa: “El día a día nos va a sorprender con más y nuevas emergencias como el incendio, pero la gestión de gobierno tiene que seguir”./ S.M.
-Hasta en su cuenta de Instagram desprende vitalidad y pasión por todo lo que hace, no digamos ya en persona. ¿Qué le entusiasma ahora?
“Me gusta poder levantar la cabeza y estoy ilusionado de mirar Canarias en su conjunto, con esa idiosincracia y esa variedad de tratar con muchos alcaldes y alcaldesas, así con tantos expertos y poder aprender de ellos”.

-¿Qué objetivos se marca como portavoz?
“Quiero que la Portavocía sea capaz de acercar un poquito más a los ciudadanos las políticas del Gobierno con una labor didáctica, de simplificar la complejidad. A veces habrá que tratar sobre temas nada sencillos y habrá que explicar con claridad por qué se toman algunas decisiones. ¿Se acuerda de aquel niño de San Andrés con tantas ganas de aprender? Ahora devora la información propia de cada consejería. Antes eran libros, hoy son informes. Es muy motivador”.

-¿Cómo lleva trabajar con su nuevo jefe?
“Tenemos un equipo con una capacidad de trabajo muy alta. Fernando Clavijo ya había sido presidente y tiene las ideas muy claras, por lo que el ritmo es frenético y los nuevos tenemos que adaptarnos. Tanto él como el vicepresidente [Manuel Domínguez] han sido alcaldes, y se nota en los consejos de Gobierno por ese sentido práctico que pone en el centro al ciudadano y que conozco bien por mi experiencia municipal”.

Tinerfe Fumero  Diario de Avisos

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