La murga Las Vacilonas ha anunciado este miércoles su disolución definitiva tras doce años de trayectoria ininterrumpida en el Carnaval de Los Llanos de Aridane. En un comunicado emocionado publicado en sus redes sociales, la agrupación explica que “ha llegado el momento de anunciar algo que llevamos meses gestionando” y que “la vida nos ha llevado a otra etapa y, con ella, a nuevas prioridades”.
El anuncio, que ha conmocionado a la comunidad carnivalera de La Palma, llega acompañado de un gesto solidario: la donación de la totalidad del dinero recaudado por la agrupación a cuatro asociaciones benéficas, cuya identidad no han desvelado, pero a las que describen como entidades “cuya labor consideramos fundamental y profundamente bonita”.
Legado de una década de compromiso
En su mensaje de despedida, Las Vacilonas hacen un repaso a su trayectoria: “Doce años en los que hemos formado parte del carnaval conejero, dejando momentos que jamás olvidaremos. Hemos reído, hemos luchado, hemos creado familia y hemos intentado aportar nuestro granito de arena para crear un carnaval mejor”. La agrupación destaca especialmente el haber “cambiado la vida a muchas personas” durante su andadura.
El comunicado está plagado de agradecimientos a todas las personas que formaron parte del proyecto: “componentes, directora, músicos, colaboradores, familias, amistades, diseñadores, patrocinadores, letristas, costurer@s y a todas aquellas manos que siempre estuvieron ahí sin pedir nada a cambio”. También dedican unas palabras especiales a su afición, “que nos acompañó en cada paso, que nos aplaudió, nos apoyó y nos sostuvo incluso en los momentos más difíciles”.
Un adiós en paz
La murga insiste en que no se trata de “un adiós triste” sino de “un hasta siempre cargado de gratitud y cargado de momentos que nos han enseñado mucho de la vida”. Subrayan que toman esta decisión “con paz, sabiendo que todo lo que vivimos fue inmensamente bonito”.
Las Vacilonas cierran así una etapa significativa en el panorama murguero palmero, dejando tras de sí un legado de compromiso con el Carnaval y con su comunidad. Su desaparición representa una pérdida importante para la cultura carnivalera de la isla, pero también el final de un ciclo que, como ellas mismas señalan, estuvo “cargado de momentos que nos han enseñado mucho de la vida”.

