El Carnaval canario se prepara para vivir un momento histórico en su próxima edición de 2026. Las galas de elección de Reina en Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria contarán con candidatas que desafían los cánones estéticos tradicionales, en una iniciativa pionera impulsada por Dormitorium, Diario de Avisos, y Atlántico Televisión.

Nuevos referentes en el escenario

Por primera vez en la historia del Carnaval tinerfeño, Ceci Wallace, influencer y activista de 40 años, aspirará al trono carnivalero. Reconocida por su defensa de las tallas no normativas, Wallace se ha convertido en un referente para miles de mujeres a través de sus redes sociales, donde promueve la normalización de todos los tipos de cuerpo femenino.

En paralelo, el Carnaval grancanario presentará a Sarah Lómore, creadora de contenidos que ha compartido abiertamente su proceso de transición de género. Lómore destaca por su ingenioso humor en las plataformas digitales, donde ha cultivado una importante comunidad de seguidores.

Compromiso empresarial con la diversidad

Alexis Amaya, fundador de Dormitorium, explica que esta iniciativa representa “un acto de reconocimiento hacia las personas que han luchado por ser aceptadas y respetadas en igualdad de condiciones”. Junto con Lucas Fernández, presidente del Grupo Plató del Atlántico, coinciden en que “el Carnaval es un escenario de libertad que debe traducirse en inclusión y respeto”.

La apuesta por la diversidad contará con el talento de reconocidos diseñadores carnivaleros. Sedomir Rodríguez se encargará del diseño para Ceci Wallace en Tenerife, mientras que el equipo de Masbe Creaciones vestirá a Sarah Lómore en Gran Canaria.

Un mensaje global desde las islas

Esta iniciativa convierte a los Carnavales canarios, seguidos por millones de personas en todo el mundo, en altavoz de un potente mensaje de modernidad y progreso social. Las galas de 2026 serán recordadas no solo por su espectacularidad, sino por marcar un antes y un después en la representación de la diversidad.

El espíritu transgresor del Carnaval encuentra así su máxima expresión, demostrando que la tradición puede evolucionar para reflejar los valores de una sociedad plural e inclusiva, donde la belleza se manifiesta en todas sus formas y la libertad se celebra en toda su diversidad.

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