Con solo 29 años, Paula Álvarez se ha convertido en la directora artística más joven en la historia de las galas del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife. Hija y nieta de fregolinos —su abuelo fue el recordado Enrique Álvarez—, su vida ha estado inevitablemente ligada a esta fiesta que ahora tiene el reto de moldear desde dentro. Tras su paso por las galas de las Fiestas de Mayo, Paula asume en 2026 la dirección de las galas infantil y de mayores, con una visión clara: evolución sin perder la esencia.

Nunca pensé en llegar hasta aquí“, confiesa Paula en una entrevista concedida a El Día, a pocos meses de iniciar la cuenta atrás del Carnaval 2026. Su camino no ha sido improvisado. Tras estudiar Marketing y Publicidad, comenzó como becaria en el área de Fiestas del Ayuntamiento. Desde entonces, su crecimiento ha sido tan firme como constante: “He trabajado mucho y conozco al concejal, Javier Caraballero, trabajando, no por amistad previa”, afirma con contundencia.

El arte como ADN

Desde niña, su inclinación artística era evidente. “Quise ser muchas cosas, como buena géminis”, bromea. Pero su destino estaba escrito entre disfraces, modistas y ensayos familiares. “Yo nací con el disfraz puesto. En febrero ya tenía mi gola de fregolina lista.” Su conexión con la parte lírica del Carnaval, poco mediática pero esencial, ha marcado su mirada artística.

Cambios con criterio

Para Álvarez, el Carnaval necesita reformas valientes, aunque no necesariamente radicales. “El recinto ferial tiene ventajas logísticas que no podemos ignorar”, asegura, aunque reconoce que el formato actual de las galas “necesita renovarse”. Paula apuesta por galas más dinámicas —dos horas para la adulta, menos para la infantil y de mayores—, y una revisión del “siempre se ha hecho así” que, en su opinión, frena la creatividad.

Entre sus propuestas destaca la necesidad de una fecha fija para el Carnaval, idealmente en la segunda quincena de febrero, algo que ya comparte con el actual equipo de gobierno municipal. Esta estabilidad permitiría una mejor planificación para los grupos y la ciudadanía, explica.

De la sombra a los focos

Su salto a la primera línea no fue inmediato. “Después de la gala de mayo, todo el mundo ya me hablaba del Carnaval, y yo con tembleque”, recuerda. Pero hoy tiene claro su rol: ni a la sombra del concejal ni en solitario, sino en un equipo cohesionado con Dani Pages y Yeray Piñero. “No es que cada uno haga lo suyo. Celebramos reuniones frecuentes. El Carnaval es sumar”, recalca.

Paula se reconoce como una persona de carácter fuerte y exigente. “A veces demasiado”, dice entre risas. Pero esa intensidad es también su mayor aliada. “No soy conformista. La mejor gala es siempre la próxima”, sentencia.

El Carnaval en la calle

Paula defiende con fuerza el papel de los grupos y la calle en el Carnaval. “Falta recuperar las ganas de salir por gusto, no por obligación. Las actuaciones deben nacer de la pasión, no solo de los contratos”, apunta. También subraya la necesidad de mejorar infraestructuras y sonido: “No puede ser que estés cantando y no se te escuche porque hay un kiosco con música al lado”.

Con una visión que combina experiencia desde abajo, formación técnica y una pasión profundamente arraigada, Paula Álvarez llega para liderar una nueva etapa en las galas del Carnaval. Y lo hace con una premisa clara: el espectáculo, como la vida, siempre puede ser mejor.

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