La murga Desatadas ha denunciado a través de sus redes sociales un nuevo acto de vandalismo en su local del barrio de El Sobradillo, donde han aparecido piedras lanzadas al interior, un cenicero destrozado y un banco recién reparado, roto. Las imágenes compartidas por la agrupación muestran los daños, que se repiten por segunda vez en menos de una semana, dejando a sus integrantes con “impotencia y frustración” ante la falta de soluciones.
Un espacio comunitario bajo amenaza
El local, mantenido y acondicionado por las propias murgueras con esfuerzo económico y horas de trabajo, sufre continuos ataques que ponen en riesgo su uso para los ensayos de Carnaval. “Varios días trabajando para tenerlo listo y encontrarnos esto…“, lamentan en su publicación.
Los hechos:
-
Piedras lanzadas dentro del recinto (por segunda vez)
-
Cenicero estallado y muro dañado (reparado hace menos de un mes)
-
Banco destrozado, a pesar de las mejoras recientes
Un grito al Ayuntamiento: “Que no se olviden de El Sobradillo”
La agrupación exige mayor atención institucional:
-
Limpieza y mantenimiento del área, actualmente descuidada
-
Refuerzo de seguridad (cierres o medidas disuasorias)
-
Respeto hacia un espacio cultural que fomenta el arte y la convivencia
“No es solo nuestro local, es un punto de encuentro para el barrio“, subrayan. Las Desatadas recuerdan que, además de preparar su participación en el Carnaval, realizan actividades sociales y embellecimiento del entorno, por lo que piden colaboración ciudadana y respuesta administrativa.
¿Falta de recursos o desinterés?
Este caso evidencia un problema recurrente en zonas periféricas: infraestructuras culturales abandonadas a su suerte. La murga advierte de que, si las instituciones no actúan, tendrán que asumir ellas mismas más gastos en protección, desviando recursos de su labor artística.
#RespetoParaLasDesatadas #ElSobradilloExiste #CarnavalSinVandalismo