El recién celebrado Festival de la Canción de la Risa en Candelaria ha quedado ensombrecido por una polémica en torno a su denominación. La murga Ensalitradas, que salieron al carnaval con “Jareadas en su punto de sal”; pionera en impulsar este evento en el municipio, ha expresado su malestar porque el Ayuntamiento haya decidido bautizarlo con el nombre de “Fran El Margarito”, una figura que, según los integrantes del grupo, “nunca hizo nada por traerlo”.

Una lucha histórica por el festival

A través de un comunicado en redes sociales, los excomponentes de la murga recordaron los esfuerzos que realizaron para consolidar este festival:

“Primero luchamos por conseguir locales de ensayo en condiciones, luego por presentar un trabajo digno en el Concurso de la Risa de Santa Cruz… Horas y horas de dedicación para que ahora le pongan el nombre a alguien que no contribuyó”, denunciaron.

El grupo destacó especialmente el papel de su directora histórica, Nay Valladares, considerada por ellos como la verdadera artífice del evento en Candelaria. “Si hay que ponerle un nombre, debería ser el de ella. Nadie se lo merece más”, afirmaron.

Reacción del Ayuntamiento

Hasta el momento, el Ayuntamiento de Candelaria no se ha pronunciado sobre las críticas. El festival, que se celebró hace algunos fines de semana, contó con una notable participación de agrupaciones carnavaleras, pero la sombra de la controversia ha opacado su desarrollo.

Un debate abierto sobre el reconocimiento cultural

Esta situación reabre el debate sobre quiénes merecen ser reconocidos en eventos culturales de raigambre popular. Mientras algunos defienden la decisión municipal, otros apoyan a la murga Ensalitradas, argumentando que son los propios artistas y colectivos quienes mejor saben quién ha contribuido realmente a su desarrollo.


En espera de respuestas:

  • ¿Rectificará el Ayuntamiento su decisión?

  • ¿Se abrirá un diálogo con las excomponentes de Ensalitradas?

  • ¿Recibirá Nay Valladares algún reconocimiento alternativo?

Mientras tanto, la polémica sigue viva en las redes sociales y en el ambiente carnavalero de Candelaria.

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