Jornada intensiva en el local de la Peña del Lunes, en la calle de La Noria, que presenta una actividad tan frenética como inusual desde hace años en la sociedad que preside José Antonio Pérez, gracias a la magia de Jose El Flaco y el desembarco de sus incondicionales de Valbanera, en el Carnaval 2023.

Cumplimenta la segunda jornada de visitas oficiales el alcalde, José Manuel Bermúdez, flanqueado por dos concejales de Fiestas de Santa Cruz de Tenerife, Dámaso Arteaga, de 1995 a 2002, y el actual, Javier Caraballero, junto a otros ediles del gobierno local.

En el interior del local de la Peña espera la rondalla a la comitiva. Saludo de José Antonio González, su director, a la expedición oficial, y alarde de mejora musical, con un pegadizo pasacalle de la formación fundada en 1965 y una de las obras de concurso, ‘Venezuela, con la voz que enamora de Leyla Melo, solista de cabecera del maestro.

Cumplimentada la visita, la embajada del Palacio de los Dragos continúa a la vecina Unión Artística El Cabo y… se forma el rebumbio en la Peña. Salen las voces femeninas de la rondalla y se preparan para arrancar en cuestión de minutos los de la habanera Valbanera que en Carnaval se disfrazan de rebumbio… una modalidad inédita que tiene mucho de teatro, con buenas voces y más sátira en sus letras y una orquesta de guitarra, bajo, batería, trombón y clarinete; una locura que se le ocurrió a El Flaco, como cariñosamente se llama al director de Singuangos, de la Peña, de Son 21, de la habanera Valbanera y también del rebumbio, así como Las Gediondas. Una modalidad inédita que echó a andar en el Carnaval 2019, como Camareros de Valbanera, siguió en 2020, como Las Kellys de Valbanera, y tras sortear el Covid regresó en 2022, como Las ‘cheerleaders’ (animadoras) de Valbanera.

En 2023 el presidente de la Peña del Lunes, José Antonio Pérez, incorporó a los componentes de la rondalla en su sociedad para reflotarla y tanto ese año como en 2024 no salió el rebumbio, que retoma éste su participación.

En el patio suena la campana y todos forman en la tarima. Delante del coro, la orquesta que dirige el carismático Richar. Apoyado en un pilar, el maestro, que pide cubrir los huecos y marca el compás para dar la entrada casi con la misma indiferencia con el que lo conoció Pinilla cuando hace 33 años fue a dar con él en el Instituto Teobaldo Power para pedirle la admisión en Singuangos, allá por 1995; el joven Pinilla tenía 17 años y Singuangos ya daba la murga desde 1981.

Detrás de esa imagen seria y parca del maestro se descubre un genio, en los dos sentidos, que no deja indiferente a nadie y que hace cantar a las piedras, y bien. Le pasó a Pinilla, que lo cautivó y lo ganó en Singuangos hasta 2005, luego lo acompañó en la Ni Fú-Ni Fá en 2009 y se incorporó a la habanera Valbanera en 2019, y hasta la fecha, con rebumbio incluso. Pinilla fue también componente de Los Que Son y director de la única edición que pasaron a final (2008).

Se activan un par de micrófonos y el bajo y la guitarra se enchufan a un altavoz portátil y arranca el ensayo. Primero la orquesta. Repaso de dos minutos a la canción Abuelito dime tu, sota, caballo y rey. El maestro da la vez y arranca de corrido el repertorio. En realidad un espectáculo sin alto. Las voces Maxi López, el genio de las letras del rebumbio, y el recién incorporado Pedrito, que militó en Mamelucos, que anuncian el inicio de la gala de entrega de los premios de la Academia Valbanera de las Artes, con la garantía de éxitos de componentes de filas que hacen grande el Carnaval, como Ovidio, Rayco, Pachy o Lalo Díaz, este último fundador de Ni Pico de la mano de su padre.

Este año el rebumbio también ha fichado a Puigdemont, y hasta al mismísimo Pedro Sánchez, que se cuelan en la agrupación. Acabe de comenzar la presentación y El Flaco se desquita de su suéter y se mete en el ajo. Solo acaba de hacer un matiz a la canción de Abuelito, y carcajadas entre componentes… Se cuela en el local Caraballero, que hace un alto de El Cabo y pide volver con el alcalde y la comitiva a ver al rebumbio. Dicho y hecho.

El alcalde Bermúdez no oculta su sorpresa. «¡Qué pena que no haya más como ustedes!», mientras casi encomienda a Caraballero darle visibilidad, que baraja que actúen en la deliberación de la Canción de la Risa y cerrando los conciertos de la Plaza del Príncipe del Domingo y Martes de Carnaval y del Domingo de Piñata.

El rebumbio es magia. La magia de ensayar entre carcajadas, la magia que combina Paca La Larga con Puigdemont, la magia que descubre que Cataluña es la luz, la magia incluso de corregir cantando y la magia de anunciar el próximo ensayo cantando. La magia de despedir el ensayo cantando: se va el caimán, se va para la Barranquilla.

Humberto Gonar

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