El concurso de murgas del norte de la isla, que durante años atravesó momentos muy difíciles, parece estar atravesando un período de esperanza y renovado optimismo de cara a 2026. La ausencia de agrupaciones en los últimos tiempos puso en jaque la continuidad del certamen, pero las recientes novedades y proyectos en marcha hacen pensar que el futuro puede ser prometedor para esta tradición festiva.
El año pasado, ante la posibilidad de ampliar la participación, se valoró la opción de que cualquier murga de Santa Cruz pudiera participar en el norte, una iniciativa que, aunque solo fue considerada por la agrupación Jocicudas, no llegó a materializarse. Sin embargo, esta idea abrió el camino a nuevas posibilidades y generó interés en el sector, mostrando que hay voluntad de revitalizar el concurso.
De cara a 2026, ya se perfilan tres proyectos que aportan una visión renovada y llena de esperanza. En primer lugar, destaca la vuelta de una murga infantil que durante varios años participó en los escenarios, Los Trapaseritos. Esta agrupación, que en el pasado dejó huella en el concurso, planea retomar su actividad y volver a subir a las tablas, aportando frescura y alegría a la competición.
Asimismo, la murga Las Oxidadas, que el año pasado participó en el Festival de Murgas de Garachico, busca dar el salto al concurso oficial en el norte. Su incorporación sería un paso importante para fortalecer la diversidad y el talento en la categoría adulta, además de ofrecer una opción más para los aficionados.
Por último, un proyecto novedoso nace en Tacoronte, donde tras la disolución de Los Ravis, la única representante en la actualidad ha sido la murga infantil Raviscuditos. Desde esta localidad surge la ilusión de crear una nueva agrupación, Las Pijoteras, con muchas ganas de hacer ruido y aportar su energía en un municipio que siempre ha tenido una gran tradición en el mundo de las murgas.
En definitiva, aunque el camino no ha sido fácil, estos proyectos y la voluntad de las agrupaciones demuestran que el concurso del norte tiene un horizonte lleno de posibilidades. Con una base de talento joven y renovado, y con la esperanza de una mayor participación, todo indica que en 2026 este certamen podría vivir su mejor etapa en mucho tiempo, reafirmando su papel como uno de los eventos más importantes del calendario festivo regional.