La tradición de los Caballos Fufos de Tazacorte, una de las manifestaciones culturales más singulares de La Palma, ha dado un paso crucial hacia su reconocimiento como Bien de Interés Cultural (BIC). La Comisión de Patrimonio del Cabildo ha aprobado la incoación del expediente, culminando así la fase técnica y documental. Ahora, la decisión final recae en el Gobierno de Canarias, que evaluará su declaración dentro de la categoría de festividades vinculadas al patrimonio inmaterial de la isla.

Una tradición con más de un siglo de historia

Los Caballos Fufos, arraigados en la identidad de Tazacorte desde hace más de cien años, son una celebración que fusiona artesanía, música y participación popular. La festividad, mantenida viva gracias al esfuerzo de la Asociación Cultural local, destaca por sus coloridas estructuras de madera y tela, que simulan caballos, y por el ritmo contagioso de su música tradicional.

El presidente del Cabildo, Sergio Rodríguez, ha destacado el compromiso institucional con esta fiesta, subrayando su valor como “legado etnográfico y símbolo de identidad palmera”. Además, ha reconocido el trabajo de la asociación organizadora y el apoyo económico continuo de la institución insular.

Protección legal para garantizar su futuro

El expediente presentado incluye testimonios, documentos históricos y material gráfico que respaldan la relevancia cultural de esta tradición. Pablo Díaz Cobiella, consejero de Cultura y Patrimonio, ha señalado que la declaración como BIC no solo es un reconocimiento simbólico, sino una herramienta legal para asegurar su preservación frente a posibles riesgos de desaparición o alteración.

Entre las medidas que conlleva la protección como BIC figuran:

  • Restricciones a modificaciones no autorizadas.

  • Obligaciones de conservación por parte de las instituciones.

  • Acceso a fondos públicos para su mantenimiento y promoción.

Un patrimonio vivo y comunitario

Lo que distingue a los Caballos Fufos es su carácter participativo: cada año, los vecinos de Tazacorte se movilizan para mantener viva esta tradición, transmitiéndola a las nuevas generaciones. Su posible declaración como BIC lo situaría al nivel de otras manifestaciones canarias ya protegidas, como el Baile del Diablo de Tijarafe o los Carnavales de Los Indianos.

Con este paso, La Palma refuerza su apuesta por salvaguardar un patrimonio que, más que una reliquia del pasado, es una expresión viva de su cultura. Ahora, todo depende de la resolución del Ejecutivo autonómico, que podría otorgar a los Caballos Fufos el reconocimiento que merecen.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *