Inmaculada Medina presentó ayer su dimisión como concejala del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, poniendo fin a 18 años de trayectoria ininterrumpida en la institución. La decisión, que implica la renuncia a su acta de edil, se produce tras el auto del juez Rafael Passaro que la cita como investigada en las pesquisas abiertas bajo el epígrafe ‘Caso Valka’, centrado en una supuesta trama corrupta en las áreas de Urbanismo y Parques y Jardines del Consistorio capitalino.
En declaraciones a los medios, Medina justificó su paso atrás: “Ante los hechos que se me imputan, que por cierto aún no me han sido notificados, comprenderán que no debo seguir desempeñando decisiones. Quiero disponer de plena libertad para que una vez reciba esta notificación poder dedicarme a mi defensa”. La ya exconcejala, que no aceptó preguntas, aseguró haber tomado la determinación “tras una profunda reflexión” y “con total responsabilidad”.
Trayectoria en la gestión festiva
La dimensión pública de Inmaculada Medina se consolidó especialmente durante su etapa al frente del Carnaval de la ciudad, festejo que dirigió a lo largo de varios mandatos. Bajo su gestión, la fiesta capitalina vivió algunos de sus momentos más destacados, aunque también episodios polémicos como la interrupción del concierto del artista puertorriqueño Manny Manuel.
Su vinculación con el mundo festivo se mantuvo hasta sus últimas horas como edil, ya que hasta ayer mismo ostentaba las competencias de Carnaval y Fiestas junto con Coordinación Territorial y Aguas, en una delegación que había asumido tras la última remodelación gubernamental en septiembre de 2024.
Contexto judicial y político
La investigación que motivó la dimisión se centra en presuntas facturas infladas relacionadas con el consumo de agua, según había trasladado la Fiscalía Anticorrupción al juez instructor. Pese a que los estatutos del Partido Socialista no exigen la renuncia de cargos investigados hasta la apertura de juicio oral, Medina optó por apartarse voluntariamente.
En sus palabras de despedida, la exconcejala mostró su agradecimiento a los tres alcaldes socialistas con los que trabajó -Jerónimo Saavedra, Augusto Hidalgo y Carolina Darias- y defendió que todo su trabajo lo había realizado “con convicción, honestidad, rigor y compromiso”. La dimisión cierra una etapa política que comenzó en 2007 de la mano de Saavedra y que la llevó a gestionar múltiples áreas municipales, siendo especialmente recordada por su intensa dedicación al Carnaval.