Marco González recalca el papel que tuvo la cultura durante los meses de confinamiento, una especie de “salvavidas” que nos hizo sentirnos vivos mientras estábamos encerrados en casa, en un momento complejo. Inmersas en una gran incertidumbre, las personas se refugiaron en un libro, escucharon música o vieron películas para sentirse vivas. Por todo ello, cree que la población “está en deuda con la cultura”, un bien esencial del que no se puede prescindir en ningún momento y que, en el caso del Puerto de la Cruz, resulta fundamental para mantener la oferta turística y continuar con la reactivación económica de una ciudad que poco a poco comienza a remontar.
-¿Se ha sentido respaldado por la oposición y por la ciudadanía en general cuando decidió celebrar estos eventos?
“Es difícil que la gente lo entienda, habrá quien me aplauda y quien no. Hay quienes utilizan la demagogia o la banalidad de ver siempre en la cultura y de atacarme por mi pasado artístico, que nunca tuve problema en reconocer, todo lo contrario. Quizás esa sensibilidad me haga poner en la balanza este tipo de actos, pero no es el único Ayuntamiento que los celebra. A los grupos de la oposición no les he escuchado nunca nada, ni a favor ni en contra, aunque habrá quien quiera sacar un aprovechamiento partidista de esta decisión, que el gobierno ha tomado muy convencido, porque además cuenta con un respaldo social y empresarial muy importante”.
-¿Con el mismo convencimiento que se organiza el Carnaval de Verano?
“Teníamos una apuesta muy clara de cara a la promoción turística y no me gustaría que los visitantes se sintieran defraudados. No estamos hablando de un Carnaval al uso, con verbenas, bailes en la calle o la fiesta del flotador. El Carnaval de Verano es un producto nuevo y propio del Puerto de la Cruz, que se está adaptando y vamos a aprovechar para hacer dinamización en los hoteles y de paso, colaborar con ellos. La elección del Rey de Carnaval, que siempre ha tenido aforo limitado, también se hará con todas las medidas de seguridad”.
Gabriela Gulesserian 